Terapeuta ocupacional acompañando a una persona mayor.

Miedo, incertidumbre, tristeza, pesar, equivocación, bache, desconocimiento, ira… Todos estos sentimientos son los que me invadieron aquel 16 de septiembre del 2008 cuando me plantaba ante la facultad de Terapia Ocupacional Talaverana. Me quedé con un recuerdo, una carrera no te cambia la vida si no lo que viene después.

Frases motivacionales

¿Cómo he llegado hasta aquí? Posiblemente por vocación. Después de pasar toda mi vida laboral trabajando en administración de empresas, con 52 años decidí que mi vida necesitaba un cambio. Que el ayudar en algo a los demás era lo que me apetecía. Y me puse manos a la obra.

Protagonistas del relato, juntos y felices.

Miró a su mujer a la cara, surcada de arrugas, y con inmenso amor en sus ojos le dijo: “Bonita mía, ¡cuánto te amo!”. No fueron sus últimas palabras, aunque casi, porque ya pronto dejaría de hablar y al poco tiempo subiría al cielo junto a sus padres y hermanas.

Conductora del Centro de Día abrazando a una persona mayor.

Hace catorce años no sabía la gran suerte que iba a tener en la vida, cuando me ofrecieron trabajar con personas usuarias con algún tipo deterioro cognitivo como por ejemplo Alzheimer, y digo esto, por lo que en un principio era un trabajo más se ha convertido en mi modo de vida.

Protagonistas del relato en un restaurante, felices.

No resulta fácil resumir mis vivencias como cuidador de mi esposa en 700 caracteres, aunque lo intentaré.

Familia, protagonistas del relato.

Les voy a contar una breve historia de una familia de robles fuertes y valientes que demostraron, en su peor vivencia terrenal, estar más unidos que nunca, donde cada uno apoyó y ayudó de la mejor forma que pudo y que dentro de las diferencias que cada uno podía tener, pudieron proporcionar su granito de arena.