Hace catorce años no sabía la gran suerte que iba a tener en la vida, cuando me ofrecieron trabajar con personas usuarias con algún tipo deterioro cognitivo como por ejemplo Alzheimer, y digo esto, por lo que en un principio era un trabajo más se ha convertido en mi modo de vida.
Soy conductora de un centro de día al cual acuden, y ahora lo correcto sería decir “usuarios” a recibir atención especializada con una finalidad preventiva y rehabilitadora, y digo, tendría que decir “usuarios” porque me gusta más llamarles mis abuelillos, porque así lo siento, son míos. LOS CUIDO, ATIENDO Y DOY LO QUE HAGA FALTA POR ELLOS Y PARA ELLOS, porque simplemente me dan tantas satisfacciones, que no sé cómo agradecerles lo que hace por mí.
700 palabras se me hacen poco para expresar lo inmensamente feliz que me siento, desde por la mañana que me subo a la furgoneta para ir a recogerlos y poderles ver la carilla alegre y los ojillos abiertos como platos, cuando nos ven aparecer por su calle.
Hay días que nada más mirarlos y escucharlos sabemos que no es el mejor de los días para ellos y en ese preciso instante es cuando te das cuenta que te necesitan y que tienes que dar todo lo que está en tu mano, para que ellos sepan y sientan en la medida de lo posible que están a salvo con nosotros, tanto profesionalmente como emocionalmente.
Me gusta cuidarlos, tanto y cuando, no sufran daño propio en el vehículo, donde los traslado por su integridad total y absoluta con todos los factores que conlleva mi trabajo como conductora, pero sobre todo lo que más me preocupa es que perciban que les quiero con locura por lo que ellos suponen para mí, MIS GANAS DE APRENDER CADA DÍA MÁS GRACIAS A ELLOS.
De todas formas cada uno de ellos no están en igualdad de condiciones, por eso intento, tener EQUIDAD y TRATO PERSONALIZADO, que precisan individualmente para su bienestar.
ELLOS TAMBIEN SE PREOCUPAN POR NOSOTROS DÍA A DÍA, si nos ven decaídos, tristes, cansados, etc. en seguida nos consuelan, animan y nos quieren como si perteneciéramos a su propia familia.
Hablando de familias, que gratificante es también poder ayudarles, ser empáticos con ellos para que sepan que NO ESTÁN SOLOS PARA LIDIAR CON ESTA DURA ENFERMEDAD, que les pone la vida patas arriba en todos los sentidos.
ES MÚSICA PARA LOS OÍDOS, CUANDO NOS DAN LAS GRACIAS A DIARIO y nos felicitan por la profesionalidad y humanidad que procesamos con sus seres queridos, ya que son su más PRECIADO TESORO.
Me satisface enormemente hacer todo lo posible, para las familias NO ESTÁN SOLAS POR ESTE DURO TRANCE por el pasan, desde que un especialista les nombre la fatídica palabra ALZHEIMER, por supuesto, mi trabajo es mucho más fácil de ejecutar porque TRABAJO CON UN GRAN EQUIPO DE PROFESIONALES, QUE NO SOLO SON COMPAÑEROS, QUE JUNTOS CON LOS “ABUELILLOS” FORMAMOS UNA GRAN FAMILIA.
Mi mayor deseo sería, poder seguir ejerciendo mi labor como cuidadora todos los años que pueda, porque realmente lo que quiero es ESTAR DIA A DIA CON TODOS ELLOS, SEGUIR SIENDO FELIZ CON LOS QUE ESTÁN Y ESTARÁN EN UN FUTURO.
QUIERO SEGUIR CANTANDO, BAILANDO, RIENDO, ABRAZANDO, BESANDO Y VIVIENDO EXPERIENCIA CON ELLOS Y POR SUPUESTO SEGUIR CUIDANDO CON TODOS LOS MEDIOS QUE ESTÉN A MI ALCANCE, QUE ME SIGAN ALEGRANDO EL ALMA CADA VEZ QUE LES MIRO, QUE ME SIGAN ENSEÑANDO A SER MEJOR PERSONA Y LO MAS IMPORTANTE PARA MI, QUE SIGAN QUERIENDOME COMO HASTA AHORA.
Aprovecho la oportunidad que me ha brindado al expresar mis vivencias como cuidadora, a todos y cada uno de los abuelillos que ya no están con nosotros físicamente, PERO ESTARÁN EN NUESTROS CORAZONES DE POR VIDA.
Quiero terminar con una frase que nos describe a todos los que amamos esta profesión
Y de pronto apareciste tú
Mal despiadado llamado Alzheimer
Para llevarte mi bien más preciado
MI MEMORIA
Lo que tú no sabias
Es que el amor de mi cuidador
Son más fuertes que tus zarpazos letales
Anónimo