Protagonistas del relato, sonrientes y felices.

Son Navidades de 2018, la persona más importante de mi vida vuelve a Valencia tras varias semanas sin estar juntos y manteniendo por aquel entonces una relación a distancia por motivos laborales. Todo apuntaba a que iban a ser unas navidades especiales, todos juntos, pero fue el punto de inflexión que cambió mi forma de ver la vida para siempre y sé que la suya también.

Blanca, protagonista del relato, sonriente.

La historia comienza una noche al recibir una llamada. Mamita estaba delicada y mi hermana quería que viajara con ella. Al llegar y asomarme a la ventana de la casa, vi una imagen tan diferente a la mamá que salía con los brazos abiertos a recibirte. Encontré a una niña pequeña de mirada triste, desubicada. Era el reflejo de aquellos ojos azules picarescos, pero algo no estaba bien en su salud.

Protagonista del relato

¿Qué significa cuidar a los demás? ¿Qué valores puede dar a tu vida el cuidar a otras personas? ¿Te puede cambiar la vida que alguien dependa de ti para algo tan simple como comer?

Pancarta que pone "Ánimo a tope, un día más es un día menos".

En mi trabajo comparto las horas con personas que tienden su mano buscando ayuda, veo esos ojos tristes que reclaman mi atención, toco esos cuerpos lastimados que requieren cuidados, escucho esas palabras salidas a borbotones, observo esa miradas perdidas, acompaño ese deambular sin rumbo fijo, pero cada mañana al llegar a mi puesto de trabajo, cuelgo en la taquilla mi mochila, con mis preocupaciones y vicisitudes de la vida, me enfundo mi traje de trabajo y lleno los bolsillos de herramientas como la alegría, la paciencia, el optimismo, la honestidad y la empatía, que me permiten atender a cada persona en su integridad física y cognitiva.

Madre e hija soplando las velas en un cumpleaños.

Hace 12 años que empecé a cuidar de mi madre. Cada día bajaba en tren a su casa, desde Hostalets de Balenyà a Barcelona. Al principio fue muy duro, ni ella ni yo sabíamos nada de esta enfermedad llamada Alzheimer.

Trabajadora social con una persona mayor en una consulta.

Estudié Trabajo Social con la inocencia y la arrogancia de querer cambiar el Mundo. Quería conseguir la Paz Mundial, la erradicación de la pobreza y la igualdad entre todas las personas, por eso ante la pregunta de un profesor el último año de carrera de en qué queréis trabajar, yo contesté; “me da igual el sector, pero no con mayores”, ya que creía (inconsciente de mi) que ahí no se podría cambiar nada, más la vida me llevó a trabajar en un centro de día, donde comprendí lo equivocada que estaba.