Si no sabes como votar por el relato, te decimos como aquí.
Más que un relato, quiero dedicar estas palabras a todas las personas cuidadoras.
Tú… que has estado a punto de rendirte. Sí, tú, que te levantas tantas veces con el corazón en mil pedazos, con sentimientos de soledad, angustia y tristeza, ya sea por tener lejos a tus seres queridos o porque estás agotado física y mentalmente.
Sé que son innumerables las veces que no has tenido ganas de nada, solo necesitabas un abrazo y unas palabras de aliento, que te digan: todo va a estar bien. Pero también sé que no ha ocurrido y que te has limpiado las lágrimas, has sacado fuerzas de donde no las había para ir a tu trabajo y cumplir con tu labor.
Gracias a ti y a tu valiente decisión de no rendirte, una persona mayor o con dificultades en su autonomía física o mental ha tenido atención, cuidados, alimentos, abrazos, besos y muchísimo cariño. Haces de tus luchas una fortaleza para llevarle alegría a los demás.
Realmente, una persona cuidadora es una heroína que, por muchos tropiezos que hay en el camino, siempre está y se presta a ayudar a los demás, a tener ese espíritu de empatía, bondad, humildad, respeto, compromiso, vocación y, lo más importante, el amor por esta sacrificada, pero a la vez gratificante, profesión.
Gracias por existir, gracias por ser parte de este gremio de personas que nos dedicamos al cuidado de los demás.
Quiero que sepas que eres una persona valiosa, importante, esforzada, fuerte y soñadora, que en su mayoría atravesó fronteras para venir a este país a luchar por sus sueños y servir a la sociedad.