Tomo tú mano a continuación surge una mirada, luego una sonrisa y espero que confíes en mí con el paso de los días. Tomo tu mano y hablamos de mil cosas, tú me cuentas tú pasado y yo te cuento mi presente, tu experiencia me acompaña en cada acto de mi vida.
Tomo tu mano y juntas emprendemos la labor del cuidado: asear tu cuerpo, saciar tu sed, saciar tu hambre, limpiar tu entorno o caminamos por las calles de tu barrio que casi ya no recuerdas. Y al terminar la jornada nuestras manos se besan y esperan encontrarse a la mañana siguiente.
Soy auxiliar de la dependencia y en un breve relato he querido expresar mi día a día con personas dependientes. Es un trabajo que a mí me llena y me hace sentir útil, nunca sabes quien te va a abrir la puerta, solo sé que en esa casa vive una persona que necesita de mí. Amo coger sus manos y transmitirles tranquilidad, la experiencia en este sector me ha enseñado que muchas de ellas están llenas de miedo y por eso a veces la desconfianza y la agresividad cuando no te conocen.
A veces se convierte en un reto ganarse su confianza, pero he de decir que con cariño y respeto lo consigo.