Las palabras esfuerzo, tesón y trabajo pueden sonar vacías o no tener sentido si no conoces a ciertas personas a lo largo de tu vida. Conceptos que sabemos que están ahí, que existen, pero de cuyas dimensiones reales sabemos bien poco hasta que se presentan en un momento determinado. Para todas las personas que componen el movimiento andaluz de Daño Cerebral Adquirido, esas palabras se ven reflejadas en una persona, nuestra querida amiga María José.

 

María José González García no es una cuidadora, es una mujer todoterreno que ha pasado toda su vida dedicada a las personas que más ayuda han necesitado. Comenzó trabajando como enfermera, en tiempos en los que ver a una mujer trabajando se hacía extraño. Demostrando ya su valía y su coraje como mujer luchadora. Sin embargo, la vida le tenía preparado un reto aún mayor, un reto que nadie quiere, pero que te toca y te marca para siempre: el Daño Cerebral Adquirido.

Manuel, hijo mayor de María José, sufrió un accidente de tráfico cuando apenas comenzaba a vivir su juventud. Un accidente fatal que lo dejó postrado en una cama hasta el día de hoy. En el año 1991, sí, ya han pasado muchos años, no había en Andalucía ningún recurso específico para las familias que se encontraban con el duro golpe de la realidad del DCA. Tras el alta hospitalaria, la nada. Pero como siempre decimos, María José es una mujer todoterreno y no se amedrentó. No. Lidió con el dolor y fue una de las personas que fundó una de las primeras asociaciones de DCA en toda España, la Asociación DACE de Sevilla. ¿Por qué? Porque entendió que muchas más familias llegarían después de ella con una situación similar. Porque, como dijimos anteriormente, María José siempre se ha dado hacia los demás.

 

Han pasado treinta años, que escritos parecen pocos, pero que vividos son muchos. Treinta años en los que María José ha sido la cuidadora principal de Manu, ha ejercido de Presidenta de la Asociación DACE hasta la actualidad y todo ello lo ha compaginado con otros cargos como el de Secretaria de la Federación Andaluza de Daño Cerebral Adquirido (FANDACE). En todos estos años, se ha convertido en un ejemplo de superación, de lucha y de valentía, porque hay que ser muy valiente para dejar el dolor a un lado, porque nunca se va, y ayudar a construir todo un movimiento asociativo que hoy está presente en casi toda España.

Todavía recordamos aquel día, en uno de los encuentros de familias andaluzas que hemos celebrado, en el que María José, que se encontraba superando una enfermedad grave, se presentó, contra todo pronóstico, para participar, para dar apoyo a las nuevas cuidadoras y cuidadores de personas con DCA, para contar su experiencia y enseñar que una vida salvada, merece ser vivida con dignidad.

Porque ella no es la única supercuidadora que conocemos, pero es, y ha sido, una de las mujeres más relevantes que hemos conocido. Nos ha enseñado a caminar por este sendero y a ella le queremos agradecer todo. Toda una vida como cuidadora de su hijo, pero también como cuidadora de todos nosotros. María José González García, una mujer todoterreno.