Dos cuidadoras de personas mayores

Soy Shiby Paul, soy de la India y llevo 28 años en España, llegué en 1995, actualmente vivo en Armilla, un pueblo de Granada. Creo que nací con mi vocación de cuidadora.

Antes de llegar a España, he cuidado a mis abuelos enfermos y mayores, con mucha delicadeza, atención y con muchísimo cariño. Luego enfermó mi padre y falleció en 2007, he sido su enfermera y cuidadora principal. Después mi madre se quedó sola, y tuve que traerla a España, ella también es enferma de corazón y necesita ayuda en las actividades básicas de la vida diaria. Como he sido cuidadora de varios miembros de mi familia, todas las experiencias me fueron provechosas para toda mi vida. Por eso, mi lema de cuidadora es cuidar a las personas derrochando cariño. Porque cuidar puede hacerlo todo el mundo, y hacer las tareas también, pero siempre mezclar el cariño, sea como sea la actitud de la persona enferma que a mi entender cuidar con cariño el resultado es mucho más eficaz y positiva, y gratificante. El cariño es la mejor medicina, que ellos también te aportan mucho cariño.

 

He llegado a España como he mencionado anteriormente en 1995; mi primer trabajo fue ser cuidadora interna de una señora con Alzheimer avanzado. Una persona con dependencia moderada, y con necesidad de ayuda en las tareas básicas e instrumentales de la vida diaria, y sobre todo necesitada de mucho cariño. Ella fue víctima de violencia machista por parte de su marido. La cuidé de tal forma que fui para ella como una hija, (ya que ella solo tenía dos hijos varones) según repetía ella misma muchas veces que a sus 92 años ha tenido una hija.

Estuve cuidándola durante casi 4 años, 24 horas sin descansar, haciendo las tareas diarias implicando a ella también para promover la autonomía, que ella se sintiera útil en su vida, haciendo actividades trabajando con una atención personalizada en los procesos cognitivos, de memoria atención y de comunicación sobre todo, y asistiendo a la misa diaria como correspondía su fe religiosa… Nuestro día a día iba basado con mucho cariño. Hasta que falleció de un ictus. Eso marco mi vida. Para mí fue un golpe duro, de tal forma me costó muchísimo en poder rehacer mi vida sin ella.

En aquellos días de tristeza para distraerme y para poder tener más conocimientos de mi vocación de cuidadora, comencé a realizar un curso de atención sociosanitaria a personas en su domicilio de 750 horas con certificado de profesionalidad de la diputación de Granada, y las prácticas las hice en la empresa arquisocial. Como los dirigentes vieron una diferencia en mi profesión de cuidadora… ”Cuidadora derrochando cariño, y a mis usuarios como si fueran únicos” me contrataron el primer día de mis prácticas. Soy ahora auxiliar de ayuda a personas dependientes en sus domicilios, además sigo formándome para poder aumentar mis conocimientos, realice auxiliar de enfermería en geriatría, haciendo las prácticas en un centro de día.

A la vez que trabajo con muchas personas durante casi 24 horas. En los 28 años que llevo trabajando como cuidadora particular y como profesional cualificada después, he tenido más de 2500 usuarios de diferentes edades, diferente dependencia, personas con diversidad funcional, con grúas, encamados, parapléjicos, y con sondas etc. Pero tengan la diversidad que tengan, creo que a todos, lo que necesitan es mucho cariño, con la experiencia de mi vida puedo afirmar que he podido cambiar mucho sus vidas, ayudar a soportar sus limitaciones de otra manera, e incluso a sobrellevarlo mejor, y ayudar a encontrar con un final, con lo que espera todo el mundo la muerte temida, asqueada de enfermedades muchas veces con energía positiva y con ironía.

 

Ahora después de 28 años de ser cuidadora, me siento agradecida a todas las personas que he cuidado a lo largo de estos años, porque fueron ellos que con su sonrisa han tallado a una profesional, con su día a día. Sin ellos no sería una profesional, agradezco todo lo que me han aportado y siguen aportando para que yo sea una mejor persona. Gracias a vosotros por escuchar mi testimonio como cuidadora. Si me pusiera a contar todo con detalle llenarían las páginas del mundo, he tenido que resumirlo en muy pocas palabras. Me siento orgullosa de formar parte de esta humanidad que tanto necesita de unos de otros incondicionalmente.

Gracias a todos, seguir sembrando el cariño.