Hoy escribo con el objetivo de inspirarlos, para que como voluntarios comprendan la importancia de nuestra labor, especialmente ahora en el medio de esta pandemia. Es en los tiempos de crisis que las personas se necesitan más las unas a las otras. Amabilidad, cordialidad, solidaridad y voluntariado deben marcar su presencia.
En las últimas semanas, hemos experimentado miedo, inseguridad, frustración. Hemos tenido que adaptarnos a grandes cambios en la rutina, en la convivencia con amigos y seres queridos, en las herramientas de trabajo, etc. Efectivamente, hemos aprendido mucho de todo esto. ¡Ahora es el momento de transformar esta vivencia y conocimientos adquiridos en actitudes positivas!
La pandemia del Covid-19 nos hace pasar por olas de sentimientos y actitudes:
Una primera ola de Inseguridad y miedo: consumir excesivamente, dispersar todo lo que se oye, irritarse, quejarse, sentir frustración.
Siguiendo la ola de Cambios y Aprendizaje: Identificar emociones, ser consciente de la situación, hacerles frente a las frustraciones, reconocer que se es superior a la situación, informarse con lo que es relevante, desprenderse de lo incontrolable.
Y finalmente la ola que nos trajo Conocimiento y Acción: valorar lo que realmente importa, tener actitud y contribuir, practicar la empatía, mantener el buen humor, sembrar amabilidad y optimismo, vivir el presente, compartir buenas prácticas, fomentar la armonía, cooperar y compartir, ser amable, ser cordial, ser solidario y practicar voluntariado
El voluntariado más importante que se debe practicar hoy en día es mantenerse seguro y saludable para brindar confort y para ser una fuente de esperanza y resistencia para el futuro.
Todos estamos en el mismo mar, pero, sin embargo, navegamos en barcos diferentes. Algunos más vulnerables, otros más frágiles y quizás algunos, en esta tormenta en alta mar, ¡ni siquiera tengan un barco! Más que nunca, se necesita reunir energía y esforzarse, y con creatividad desplegar talentos y participar. El deseo de ayudar debe ser espontáneo, todos debemos sentir que tenemos que hacer alguna cosa. ¡Se puede hacer mucho!
La distancia social y física y las preocupaciones sobre nuestra propia seguridad no siempre parecen compatibles con una actividad voluntaria. Por eso es esencial acceder a herramientas que nos ayuden y a sugerencias de maneras correctas y seguras de actuar.
Si necesitas ideas, puedes inspirarte con esta lista:
Algunos ejemplos de actividades que el voluntario remoto puede realizar:
- Contribuir ayudando a aumentar la toma de conciencia sobre seguridad y salud
- Inspirar a la comunidad virtual sobre el voluntariado
- Actuar como diseminador de causas y proyectos
- Donar sangre
- Desplegar los talentos: coser, tejer, contar cuentos, dominar idiomas
- Grabar audio libros
- Realizar asesoramiento online
- Organizar o respaldar campañas de recaudación de recursos materiales y financieros
- Traducir documentos y contenidos
- Buscar noticias o publicaciones relevantes en internet
- Apoyar la gestión de los medios sociales
- Producir vídeos contando cuentos
- Atender llamadas de teléfono o chats de una línea de prevención del suicidio, garantía de derechos, denuncias de violencia
- Enviar una tarjeta o carta virtual para los más aislados: niños en orfanatos, albergues, ancianos en asilos
- Localizar el centro de crisis más cercano y verificar si hay cómo participar en persona y tomar todas las precauciones y usar todo el equipo de seguridad necesario
- Crear vídeos institucionales para capacitar mediante vídeo clases
- Hacer planes alternativos para celebrar los cumpleaños de los niños en refugios y adultos mayores
- Difundir mensajes alegres y positivos en tu vecindario, entre amigos y en las redes sociales
- Proteger temporalmente a los animales de los refugios u organizar campañas en línea para su adopción