Era diciembre del 2019 y no entendíamos aun como es que nos cambiaría la vida, lo veíamos como algo lejano, y al no tener tanta información, nos bastaban solo los datos que leíamos en las redes sociales: Wuhan era el epicentro de un "bicho" y de la ignorancia pasamos al temor de lo que se estaba multiplicando de forma inimaginable.

En México inició la estadística epidemiológica el 27 de febrero, y es así como se daba a conocer el primer caso positivo de lo que veíamos tan lejano y entonces llegó la COVID19 y de un día a otro nos cambió el estilo de vida, de trabajo, los planes se suspendieron, dejamos nuestra vida cotidiana, todo nos cambio y apareció la incertidumbre de los escenarios que nos esperaban, llegaron las preguntas, la confusión, el dolor y el caos.

¿Y, ahora qué sigue? ¿Qué me está pasando? ¿Qué emociones estoy experimentando? ¿Cómo voy ante la vida, dentro de tanta incertidumbre?

Son preguntas que quizás experimentamos, todo esto entre dudas, miedo, enojo, enfermedad, duelo y muerte. Pues sentíamos que la vida se detenía.

 

Llegaron las palabras aislamiento social, distanciamiento social y físico y con eso apareció la ansiedad y depresión, alteraciones en el estado de ánimo, un desgaste físico, mental y emocional. La Asociación Americana de Psicología (APA) indica que pasar días, semanas, meses e incluso un año en cuarentena con recursos, estimulación y contacto social limitados son generadores de este mosaico de malestar. 

En Baja California, en la ciudad de Tijuana el 25 de marzo se inició un registro de red de asistencia voluntaria en salud iniciado por la Facultad de Medicina y Psicología de UABC (universidad autónoma de Baja California) para ser capacitados como asesores telefónicos.

Para poder ser voluntaria tuve que pasar una serie de requisitos: completar el curso de prevención y control de infecciones (PCI) causadas por el nuevo coronavirus (COVID19) por la OMS, los cursos ofrecidos por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y Primeros auxilios psicológicos por (Coursera), pasar una entrevista de simulación y así es como desde el 12 de abril me sume a los esfuerzos compartidos de muchos profesionales y estudiantes de ciencias de la salud.

Dentro del grupo de Telesalud-COVID19 nos encontramos una red de profesionales de la Psicología voluntarios que damos seguimiento a la población abierta por medio del 911 y soporte emocional a los médicos internos y residentes que se encuentran en la operatividad del programa de atención lidereado por el Dr. Carlos Vera

Derivado del impacto de la pandemia existe una población vulnerable física y psicológicamente, la cual que en estos momentos se encontraba en el ojo del huracán con dos vertientes; por un lado un sector de la población que por la ignorancia, y el juicio han llegado atacarlos por ser posibles portadores de COVID19 por permanecer en el epicentro del foco de infección; y otro grupo de la población reconociendo y solidarizándose con ellos por hacer lo necesario pese a la austeridad en los insumos médicos, sí, me refiero al equipo de salud.


El equipo de salud que opera en el C4 a través del 911, por las características de su intervención atención y seguimiento de la población de Baja California, puede enfrentarse en algunos casos, en función a su intervención a numerosas situaciones de estrés a corto, mediano y largo plazo.

Participar en atención a situaciones de emergencia como lo es una pandemia, puede generar trastornos de ansiedad y depresión que deben ser tratados a la brevedad posible.

Dentro de mis actividades como voluntaria es ofrecer asistencia psicológica ambulatoria con el objetivo de reducir el estrés e identificar síntomas que puedan afectar su desempeño personal y profesional, atención a llamadas en crisis y acompañamiento a familiares que acababan de perder a un familiar por la COVID.

Es importante que los trabajadores del sector salud tengan espacio para poder expresar y manifestar el cansancio, la soledad y el miedo que han pasado durante este tiempo, pues se les ha pedido que sean mediadores entre la dualidad salud-enfermedad, vida-muerte.

 

Durante mi intervención fue importante recordar que el autocuidado elementos como:

  • Concentrase en lo básico 
  • Asegúrate de comer bien 
  • Descansar lo suficiente.
  • Evitar la presión en cumplir a cabalidad con una rutina.
  • Encuentra momentos durante el día para cuidarte, y reponer tu salud emocional y física meditando y haciendo ejercicios de relajación.

Recordar las 3R´s 

  1. Resistir
  2. Identificar los Recursos
  3. Regresara la vida

 

Hoy a un año y siete meses después hemos vuelto a una normalidad diferente, ha sido un año de aprender a acompañar, estar a través de un dispositivo porque no había más, han sido largas horas de sesiones con personas que eran desconocidas y acudían para manejar el doloroso camino del duelo.

Fue iniciar el acompañamiento a domicilio pues el cáncer no se detenía y seguía su proceso, pero era una perspectiva diferente, una atención con más medidas sanitarias que nunca, acompañamiento a empresas pues el personal estaba en crisis, durante todo este tiempo de pandemia el servicio voluntario, ha sido un estandarte en diferentes facetas pues la COVID vino para reestructurarnos el sentido de la vida, de la temporalidad, la salud mental y el acompañamiento.

 

Hoy es caminar con un cubrebocas puesto, pero Tomados de la mano.