Érase una vez, un niño genial,
que aprendió a volar
antes que a hablar.
Antonio es especial
y sus lunares y manchas lo hacen único y sin igual.
Vino en helicóptero
cómo un Superman.
Es un valiente con solo meses
que se recorre el mundo sin dudar.
Fue con sus papás
de aquí para allá,
de Alicante a Barcelona sin cesar.
Vio a muchos médicos
que cuidaron como a un hijo más.
Son gente maravillosa
y te van a mimar.
En el San Joan de Déu
todos sois valientes
de muy corta edad.
Cuando vayáis a casa
lo vais a celebrar.
Vais a ir subiendo plantas
como si fueran montañas.
Empezaremos bajo el mar
y cogeremos fuerzas hasta escalar.
Hay muchos especialistas
que con lupa te van a mirar.
Y hasta que no te cures, no te dejaran marchar.
Las enfermeras con sonrisas y colores van.
Te van a ayudar a mejorar,
también te van a cantar, vas a colorear
y a los perros peinar.
No vas a querer irte de este hospital.
Los cardiólogos trabajan con el corazón
Georgia, Fredy, Sergi, Jose...
salvan vidas cada día.
Que suerte ha tenido Antonio
con encontrarse de corazón a corazón.
Menudo equipazo tenemos en el San Juan de Dios.
Los neurólogos te curan el coco,
no quiere decir que estés loco.
Te estudian el cerebro y hacen electros
entre ellos, Verónica, Carlos, Silvia y Federico
te dan las estrategias para cada día.
Los oftalmólogos te curan los ojos,
te miran con gafas mágicas
para que veas la vida con otra pasta.
Los dermatólogos te curan la piel,
te ponen un nuevo abrigo para que no pases frío.
Y muchos especialistas más que,
aunque te operen,
siempre están para ayudar.
Tienen un trabajo de admirar
y para unos padres es la mayor felicidad.
A los 4 meses te operaron del corazón.
A los 6 te cortaron la epilepsia.
A los 11 de la vista.
Y una gran lista de cuidados que nunca te van a faltar.
Érase una vez, un niño genial
que luchará por la igualdad, la sanidad
y por las buenas personas que aún quedan por curar.