El próximo 21 de septiembre es el Día Mundial del Alzhéimer, una jornada que sirve para sensibilizar a la población acerca de esta enfermedad neurodegenerativa que afecta a miles de personas en todo el mundo. Es preciso conocer los síntomas y las fases de la enfermedad del olvido para que, entre todos, podamos luchar juntos frente a ella.

El alzhéimer no afecta igual a cada persona. Es cierto que se trata de una enfermedad degenerativa de las capacidades cognitivas y funcionales pero su impacto en el paciente dependerá de los factores físicos, mentales y sociales que le rodean. Organizaciones como la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de personas con Alzhéimer y otras Demencias (CEAFA) permiten que exista mayor visibilidad de esta enfermedad, que "representa más del 60% de la dependencia en el país, y supone un coste anual de 36.000 millones de euros".

Los 10 síntomas del alzheimer

Gracias a la Alzheimer’s Association tenemos una lista de señales de advertencia de la enfermedad de Alzheimer y que sirve también para otros tipos de demencia. Lo cierto es que cada individuo puede experimentar una o más de estas señales en diferentes niveles:

1. Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana
2. Dificultad para planificar o resolver problemas
3. Dificultad para desempeñar tareas habituales en la casa, en el trabajo o en su tiempo libre
4. Desorientación de tiempo o lugar
5. Dificultad para comprender imágenes visuales y cómo objetos se relacionan uno al otro en el ambiente
6. Nuevos problemas con el uso de palabras en el habla o lo escrito
7. Colocación de objetos fuera de lugar y la falta de habilidad para retrasar sus pasos
8. Disminución o falta del buen juicio
9. Pérdida de iniciativa para tomar parte en el trabajo o en las actividades sociales
10. Cambios en el humor o la personalidad

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Fases de la enfermedad de Alzheimer

Esta enfermedad neurodegenerativa nunca afecta del mismo modo a dos pacientes. Pese a que su desarrollo se puede dividir en varias fases, suele ser muy raro que el estado de una persona con alzheimer coincida de manera exacta con la descripción de los síntomas de uno de los estadios. Según la Fundación Alzhéimer España (FAE), podemos encontrar tres fases en el desarrollo de la enfermedad:

   MEMORIA  CONDUCTA  LENGUAJE Y
COMPRENSIÓN

GESTOS Y
MOVIMIENTOS

ACTIVIDADES 
 FASE
INICIAL
Despistes Cambiante  Sin precisión
y mezcla
de ideas
No existen
cambios relevantes
No existen
cambios relevantes
 FASE MODERADA Olvida sucesos
y no asimila
nuevos
 Reacciones agresivas  Lentitud
y sin de vocabulario
Gestos
imprecisos
Incapaz de
decidir
 FASE
SEVERA
 Olvida hechos recientes
y pasados

 Imprevisible e
incoherente

 No se expresa
bien y no comprende
Sin control e incontinencia No hay
actividad

 


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¿Cuál es el tiempo de vida de un enfermo de alzhéimer?

Pese a que hay pacientes que pueden vivir hasta 20 años después de ser diagnosticada la enfermedad, lo normal es que la esperanza de vida sea de entre 8 a 10 años. Todo ello en un contexto en el que la enfermedad causa el 60-70% de los casos de deterioro cognitivo progresivo en personas mayores. Según diversos estudios, la prevalencia a partir de los 65 años asciende al 6,4% y aumenta con la edad, factor principal en la aparición del alzhéimer.

Una persona detrás de la enfermedad

Si somos cuidadores, no debemos olvidar nunca que detrás de esa persona que hoy tiene alzhéimer, hay alguien distinto. Un ser humano cuya llama se va apagando poco a poco. Por desgracia, una sombra llamada alzhéimer va ganando terreno a la persona, a la personalidad.

De momento no es posible ganarle la partida al alzhéimer puesto que se desconoce su origen, pero sí que podemos establecer una rutina basada en la estimulación cognitiva, la paciencia y el amor para procurar una mayor calidad de vida al enfermo. La estimulación cognitiva es un elemento clave para que se mantenga estable dentro de la gravedad que implica tener alzhéimer. Elaborar unos horarios y unas pautas de vida es lo más apropiado, todo ello acompañado de grandes dosis de paciencia y amor. 

Nunca debemos olvidar que las personas que sufren el mal de Alzhéimer pierden los recuerdos, pero jamás se desprenden de sus emociones.