En 2004 se estableció el 17 de octubre como el Día Mundial contra el Dolor gracias a una iniciativa de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuyo objetivo es destacar la necesidad urgente de encontrar un mejor alivio para el sufrimiento físico de enfermedades que causan dolor. Además, la OMS ha llamado la atención para que el dolor sea considerado como una enfermedad y ha indicado que su alivio se catalogue como un derecho humano.

 

Cada año la celebración se centra en una dolencia determinada, este 2017 se trata del dolor postoperatorio, aquel que aparece como consecuencia del acto quirúrgico.

 

Es normal que después de una operación, al despertarse de la anestesia, haya molestias tras la actuación de los médicos, ya que se manipulan tejidos y se realizan actos propios de una intervención. No obstante, es curioso y hoy reivindicamos que, aunque la primera anestesia consiguió la cirugía sin dolor en 1846, más de siglo y medio después, aún no se ha conseguido eliminar el dolor postoperatorio.

 

El dolor postquirúrgico se caracteriza por ser agudo, predecible y autolimitado en el tiempo, esto quiere decir que es bastante habitual encontrarlo, según el autor R.M. Marks, aproximadamente el 70% de los pacientes experimentan dolor severo en algún momento de su recuperación, y un 30% dolor moderado después de ser sometidos a un procedimiento quirúrgico. En España, gracias a los datos aportados por la Sociedad Española del Dolor (SED) se aprecia cómo un 53% de los pacientes muestra dolor al llegar a planta tras la operación, un 59% 24 horas después y un 69% 48 horas después.

 

Por otro lado este tipo de dolencia suele responder bien a los analgésicos convencionales incluido opioides aunque si no se trata adecuadamente, puede cronificarse, sin olvidar que el dolor es una experiencia subjetiva influenciada por distintos agentes que están interrelacionados. 

 

A continuación, explicamos las formas adecuadas de enfrentarse al dolor post-quirúrgico:

 

  • Es necesaria una correcta educación del paciente por parte de los médicos en el momento del preoperatorio, al igual que en el momento que se le da el alta para poder tener la mejor recuperación en su domicilio.

 

  • El empleo de los analgésicos para mejorar al máximo las molestias tras el quirófano. En las intervenciones menores el paracetamol es el fármaco más idóneo mientras que en intervenciones mayores se recomienda el uso de fármacos junto con la morfina.

 

  • La fisioterapia, la termoterapia, aplicación de ultrasonidos así como otras medidas rehabilitadoras son otras formas de aliviar el dolor cuando no se consigue lo deseado con los tratamientos farmacológicos.

 

Finalmente como Día Mundial contra el Dolor queremos dar apoyo a todas las personas que lo sufren y recordar que nuestra masterclass Cómo vivir con dolor crónico puede ayudar a todas esas personas que lo padecen.