En el siguiente artículo, hablaremos sobre la importancia del respeto hacia las personas cuidadas, la importancia de respetar también su espacio vital, y cómo no, algo tan importante como es su intimidad.
Respeto hacia la persona cuidada
Tratar con cariño y respeto a las personas es la base de toda relación humana. El respeto mutuo crea un ambiente de cordialidad y seguridad, y nos permite reconocer las características y virtudes de los demás. Una posición de respeto ayuda a aceptar la autonomía de cada ser humano y el derecho a ser diferente.
Las personas mayores o dependientes se posicionan dentro de los grupos vulnerables que necesitan ser tratados con mayor respeto, paciencia y dedicación.
La persona a la que cuidamos debe ser tratada como persona adulta, con respeto, afecto y comprensión, sin hacer diferencias en el trato, aunque presente condiciones de enfermedad, dependencia o discapacidad.
Es fundamental no hacerles sentir como una carga cuando son pacientes desplazados o porque tengan varios problemas de salud, tomen muchos medicamentos o haya que ir a visitarles a domicilio o acompañarlos a sus citas médicas.
Los buenos y buenas profesionales parten de reconocer a la persona cuidada como merecedora de un trato respetuoso con independencia de su edad, sus limitaciones, su forma de pensar, sus costumbres o sus patologías. Es importante mostrar paciencia por parte de los profesionales si tardan más en cambiarse, levantarse o realizar cualquier tipo de tarea o si tienen mayor dificultad para entender explicaciones.
En definitiva, el buen trato tanto en la atención domiciliaria como en la atención en instituciones abarca el respeto mutuo, la atención centrada en la persona cuidada, actuar de forma que se refuerce al máximo su capacidad de decisión y su capacidad para elección, teniendo siempre presente su opinión y el respeto de su voluntad, intimidad y espacio vital.
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La importancia del espacio vital de la persona cuidada
Todos necesitamos nuestro espacio vital, y la ciencia nos explica por qué: “Nuestro cerebro lo utiliza para protegernos”.
A pesar de que el término espacio vital es prácticamente nuevo, esa sensación de incomodidad que se genera cuando alguien se acerca demasiado es bastante remota.
Según estudios, el cerebro calcula una zona de separación alrededor del cuerpo que por lo general es muy flexible y que supone una “segunda piel invisible” programada en nuestro ADN.
En el contexto que nos ocupa del cuidado a las personas dependientes, es fundamental tener este término siempre en cuenta, pues no debemos vulnerar el espacio vital de la persona cuidada de la que nos responsabilizamos. Todos tenemos una zona corporal definida, un espacio vital y personal que nos permite interactuar con otras personas en nuestro entorno social de manera cómoda.
El cuidador debe evitar, a la hora de hacer determinadas acciones como dar de comer al paciente, asearlo o vestirlo, invadir este espacio vital para eludir posibles molestias y respetar la capacidad de la persona cuidada de hacer algo por sí mismo. De esta manera, evitaremos también que la persona dependiente pueda sentirse incómoda o que se sienta molesta con los cuidados que se le estén proporcionando.
Intimidad de la persona cuidada
La intimidad y la privacidad durante la asistencia sociosanitaria son valores cada vez más apreciados por el paciente, y, por tanto, de mayor atención para el cuidador/a.
El derecho a la intimidad debe ser preservado atendiendo a dos aspectos:
- La confidencialidad y protección de datos relativos a la salud física o psíquica de la persona cuidada. Aplicar el concepto denominado “secreto profesional”.
- La protección de la intimidad la persona que parte de la intimidad corporal hasta el constructo de valores y creencias.
La función de cuidar supone para el profesional el uso de una sistemática profesional de aproximación a la persona cuidada. Esta aproximación se justifica sólo por y para las acciones de cuidar. Dichas acciones han de realizarse de forma consensuada, aceptada y ejecutada en condiciones de intimidad, entre el paciente y el cuidador/a.
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Escribiendo en positivo…
La mayoría de las reseñas o noticias en referencia a las personas cuidadas, se orientan a negativizar el respeto y el trato hacia dicho sector haciendo referencia global al maltrato.
Sin embargo, también es necesario leer en positivo acerca del respeto, la intimidad, la protección y las necesidades de las personas cuidadas, fomentando así el trato cordial y cálido hacia ellas, aprendiendo desde el conocimiento de lo correcto y no desde la visualización de lo incorrecto.
Formándonos como profesionales del cuidado buscando siempre el bienestar de las personas cuidadas.
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