La idea de cuidar y proteger a los adultos mayores más vulnerables nace de un “juego”, que empezó en mi humilde hogar, compartiendo con mi abuelo paterno Josefito, sin saber que, de ese juego de niños, de ese juego de amor, con reglas muy claras y un objetivo sólido se convertiría en obra de grandes.
Como cada juego tiene sus reglas la primera que sentí que debía formular, era no poder iniciar con un solo jugador y animo a otros jugadores para que hagan parte de éste, dándoles el nombre de Ángeles Custodios: un grupo de niños y niñas que me acompañaron desde el inicio, para demostrarle al mundo y a la sociedad, que no existen barreras entre un adulto mayor y un niño.
De esas diferentes partidas que jugamos en las calles del Norte de Bucaramanga nace la Fundación Albeiro Vargas & Ángeles Custodios, siendo la otra regla fundamental de este juego el compartir de los niños con los adultos mayores, quitando barreras para generar la unión intergeneracional, creando conciencia en el niño que algún día llegará a la vejez, por tanto su afecto, alegría, ternura y vigorosidad, son de gran utilidad para el adulto mayor más necesitado; de igual modo la experiencia y sabiduría de ellos transmiten al niño madurez y amor por el prójimo.
Mi vocación, nace a los 6 años y ahora a los 42, permanece intacta, aunque con dificultades y sinsabores sigue firme: estoy convencido que cuando se tiene una vocación y se sabe lo que se quiere en la vida, si tiene claro un objetivo, un norte, no hay nada ni nadie que lo haga desviar de esa misión.
Quise sembrar a través de mi ejemplo, de mi compromiso y experiencias, enseñar valores como el amor, la solidaridad, la generosidad y el respeto.
Así como Jesús encomendó a Pedro que edificara su iglesia y prevaleciera, con el paso de los años fui vinculando a otros niños, niñas y jóvenes, para que continúen con este ideal de amor hacia los más desprotegidos: no pretendo que las personas funden más hogares para adultos mayores, sólo que mi ejemplo sirva para que las personas descubran sus capacidades para ayudar al otro desde dónde lo puedan hacer.
Eugenia, mi madre, sin duda fue el apoyo y motor de este gran ideal de amor: cuando recibía dinero de la gente, para el alimento de los abuelitos, mi mamá era la que administraba y llevaba las cuentas, los preparaba con el mejor condimento como es el amor.
El sector donde vivía estaba rodeado de violencia, peligros y maldad, pero gracias a los valores que recibí en la familia, tuve muy claro que la amistad es fundamental y los amigos al igual que la familia son importantes para hacer realidad los sueños.
Poco a poco fui comprendiendo que mi vocación era servir a los adultos mayores y por eso con gran esfuerzo y sacrificios estudié Gerontología a distancia, viajando los fines de semana durante cinco años de Bucaramanga a Bogotá, en la búsqueda de ese gran reto prepararme y cuidar con esmero y conocimientos apropiados, a los adultos mayores y convertirme en el defensor de los derechos de los más desprotegidos.
Ante la indiferencia del estado por la realidad de los adultos mayores, me propuse agrupar a todas las instituciones de Santander (Colombia) que atendemos adultos mayores y es así como nace la Asociación Santandereana de Centros de Bienestar del Adulto Mayor ASCABAM que agrupa 56 instituciones y beneficia a 6.000 adultos mayores.
Al ser elegido emprendedor social de Ashoka el reto que debía desarrollar, era pensar en la autosostenibilidad para generar recursos y dar continuidad a la obra social, así surge la idea de construir un Centro Gerontológico con todas las especificaciones técnicas para la atención a adultos mayores con capacidad de pago y los excedentes obtenidos se invirtieran en la obra social y nace Casa Mayor Ruitoque en un lugar campestre con un modelo de atención integral y posteriormente se organiza el mismo modelo en el área urbana de Bucaramanga en Casa Mayor Cabecera y luego en Vida Mayor.
Igualmente sentí que debía transmitir nuestra experiencia y contribuir a formar a quienes atienden a los adultos mayores y se organiza el diplomado Gerontología, Geriatría cuidado integral al adulto mayor.
Después de 36 años de haber iniciado la Fundación, el cansancio y sacrificio por el bienestar de los adultos mayores produce la satisfacción de cuidarlos con amor y esmero. www.fundacionalbeirovargas.org