Me he dedicado a cuidar a mi señora madre, somos tres hermanos, yo soy la única hembra y la mayor de los tres, a mi mamá le gusta estar conmigo en mi casa. Ella tiene 73 años, tiene algunas situaciones del sistema nervioso, mucho nerviosismo y cambios inesperados de humor, por lo que procuro en la medida de mis posibilidades que ella esté tranquila y alegre, que realice actividades que la distraigan y piense en cosas positivas de la vida, para que cuando tenga esos días grises en su carácter, no sean tan fuertes para todos.

En mi caso vivo sola con mi hija de 14 años. Soy el pilar de mi hogar, la administradora, la maestra, la madre, la profesional, la hija. Trato de administrar mi tiempo entre ser ama de casa, atender y cuidar a mi mamá, apoyar a mi hija en sus estudios que comenzó 3er. año de educación media y estudia francés. Quiero inculcarle buenos valores para la vida y darle las herramientas necesarias para que sepa desenvolverse con los retos que va colocando el mundo en que vivimos.

 

En paralelo a todo esto, soy Licenciada en Administración de Empresas y especialista en el Sector Bancario, debido a la Pandemia estoy trabajando desde mi casa con teletrabajo, hago tortas por encargo y apoyo en todas las actividades educativas de mi hija. Mi mamá tiene una amiga en mi edificio que es una señora de 73 años, vive sola. Cuando ella necesita comprar comida yo la acompaño para sus compras y estoy pendiente semanalmente cuando necesita algo.

 

En el caso de mi mamá, le gusta salir a caminar y que le de el sol, la acompaño y estoy atenta si toma sus pastillas, si va regularmente al baño, vigilo que no consuma mucha azúcar, que coma y duerma bien, la estimulo a que realice ejercicios con regularidad y las motivo a ambas (mamá y su amiga) a que caminen y conversen.

 

Estoy poniendo en práctica reuniones semanales en mi casa para tomar café todas juntas, mi hija, mi mamá, su amiga y yo. Allí pasamos horas de largas conversaciones donde las protagonistas de la merienda son las dos abuelas, ellas cuentan sus historias, anécdotas, sus sinsabores, sus recuerdos bonitos. Mi hija y yo siempre nos vemos la cara porque semanalmente repiten casi las mismas historias y no recuerdan que ya nos hablaron de eso. Yo finjo que nunca he escuchado lo que están contando y hago cara de sorpresa con sus historias en cada día y alimento las conversaciones con preguntas nuevas para que ellas se sientan escuchadas y tomadas en cuenta en sus sentimientos.

Estos días de aislamiento social, han sido de mucho crecimiento personal y emocional, me he dado cuenta que no importa donde te encuentres, lo que importa es que donde estés te sientas bien acompañado, seas agradecido con lo que tienes y a quien tienes realmente al lado, porque lo más bonito e importante en el ser humano es saber que quien tienes a tu lado te aprecie y te escuche.

 

Considero que los adultos mayores, esos que entregaron su vida a formar una familia y a alimentar sociedades, son los seres más importantes en nuestros hogares porque nos dejan una cantidad de experiencias que aún no las hemos vivido pero que si nos detenemos un poco a escucharlos, aunque nos repitan siempre las mismas historias, nos dejan huellas maravillosas y ese espejo que nos va reflejando a donde vamos y que cosas podemos cambiar para que cuando nos toque a nosotros llegar allí, seamos tratados con amor, con comprensión y gran tolerancia, porque ellos lo tuvieron con nosotros cuando fuimos niños y gracias a ellos hoy estamos aquí.

 

Entendí con esta pequeña pausa que la vida nos impuso, que los seres humanos necesitamos ser escuchados, al ver a mi mamá y su nueva amiga, ya con 73 años, con la misma necesidad de afecto, y de sentir que hay alguien dispuesta a oír sus historias de vida y decirle cosas graciosas para que cada día sea distinto y le consigan color y diversión a lo que hacen. Llevo seis meses siendo "Clowns" para mi mamá, su amiga y mi hija, y es una de las cosas más gratificantes que he hecho en mi vida, tanto como ser Madre y como ser Administradora. Uno de los proyectos que quiero desarrollar por alegría y porque me hace feliz es ser Clowns, porque siento que cada día que no reímos, es un día perdido.