Jamás pensé que me gustaría tanto dedicarme a esta profesión.
Recuerdo que hace años me dijeron en una entrevista que valía para la atención al público y que explotara ese potencial. Empecé a trabajar en la hostelería y por casualidad me preguntó un amigo si podía hacerle el favor de cuidar a un paciente en el hospital.
Fui aterrada sin saber nada de cuidar a enfermos. Jamás olvidaré la experiencia. En pocos días me di cuenta de que ese era mi sueño.
Compartir mi ánimo, mi alegría, una sonrisa con aquellos que están atravesando por enfermedad o ya son mayores y están en una residencia de mayores dónde las cuidadoras somos ahora su familia.
Quise formarme para este trabajo a pesar de tener ya más de 45 años, superé las barreras y con esfuerzo y ganas de aprender logré sacarme la titulación. Hice las prácticas en una residencia y ahí me quedé. Yo digo que es mi segunda casa.
Ahora en este tiempo de Covid, mi vida es mi casa y la residencia y a pesar de ello, veo lo monótono que es la vida sin poder salir como una quisiera, más aún para estos abuelos que por obligación están confinados a quedarse sin salir, ni ver a sus familiares, con lo que supone para sus frágiles mentes, que en la mayoría no entiende porqué. Es por ello por lo que decidí pasar con ellos mi tiempo libre después de trabajar.
Cada día buscaba por internet formas de distraerlos y animarlos, con música para que adivinaran el autor, siempre de su época claro, jugando al bingo, aquí era una abuela ciega la encargada de sacar y gritar “Bola” jajajaja qué ilusión le hacía. También trabajillos manuales, gimnasia...en fin todo lo que estuviera a mi alcance, no me importaba gastar incluso de mi dinero para materiales, luego me lo compensaba el ver sus caras de alegría. Cuándo me veían entrar me decían... ¿hoy que te toca trabajar o jugar con nosotras?
Me muero con ellas...es una pena que no haya sabido antes cuál era mi vocación. Lo que si sé es que no quiero hacer otra cosa que cuidarles, mimarles y hacer de sus últimos días de vida en esta tierra los más agradables.