Conocí a Francisco de manera casual, como sucede muchas veces en este tipo de trabajo,

he tenido el gusto de conocer a muchas personas diferentes en el campo del cuidador, pero él desde el principio fue alguien un tanto especial.

 

Siendo sincera, jamás trabaje con hombres hasta entonces, pero con él fue todo muy fácil, fue muy bueno esa es la verdad, y nunca me sentí fuera de lugar en su casa, sino una mas, hablamos mucho, me dio mas consejos aún, y como para no hacerle caso ¡¡¡si tenia 91 años!!!!!, él decía que era un hombre muy serio, sin embargo conmigo se rió mucho, y cuando me contaba historias de cuando era joven, me encantaba escucharle....

 

Le echo mucho de menos, porque siempre me animaba mucho, porque era muy positivo, a pesar de que tuvo muy malos momentos, se hacia querer, me sentí como su nieta mas que como su cuidadora, con Francisco no sentí nunca que estaba trabajando, simplemente que me cambiaba de casa para dormir y momentos juntos, siempre llegaba contenta.

 

Recuerdo de las últimas frases, que le dije antes de verle por última vez, nos vemos el viernes, así que ponte bien que nos tenemos que ir el sábado de karaoke, me sonrió como otras tantas veces y me dijo que si... no lo olvidaré jamás, porque fue una lección de vida para mi en muchos aspectos, lo llevare siempre como un capitulo bonito, dentro de mi corazón.