Hola, soy Jenny, quería buscar en Google como se hace una memoria pero creo que la mejor forma es expresarla con mis palabras, sencillas pero sinceras.

Mi aún pequeño camino en el mundo del cuidado de personas mayores comenzó hace cuatro años, en ese momento no sabía los cuidados que una persona mayor requiere pero aprendí poco a poco, entendí y comprendí lo difícil que es llegar a la tercera edad, lo débil que se ven pero lo verdaderamente valientes y fuertes que son, la persona que más me llegó fue una señora que cariñosamente llamábamos LARO.

 

Laro era una señora gallega de 94 años con demencia senil, piernas que retenían líquidos y en su piel delicada se hacían escaras, aunque solo pasaba en cama y en el sofá pero su mente viajaba a conciertos y algunas veces a Francia, aunque la demencia le iba quitando la coherencia ella se negaba a perder la alegría, se despertaba a las 10:00 am, le daba el desayuno, le lavaba, vestía y peinaba con el típico copete.

Con todo el dolor que sentía en los huesos cada vez que la movíamos y lo incomoda que es una silla de ruedas, ella pedía arreglarla para llevarla cada día a misa, sacaba fuerza y coraje para levantarse cada día, no pedía nada pero daba gracias a Dios por ver el sol una vez más. Al salir de la misa nos entreteníamos jugando al dominó y al parchís, tal vez no jugábamos como tenía que ser pero la intención era pasar un momento entretenido, hicimos todo a nuestro alcance para que lo pasara lo mejor posible, así pasó un año.

 

Un día todo iba normal, le di el desayuno, fuimos a misa y almorzó, pero al llegar la tarde comenzó a sentirse incomoda, al pasar unos minutos todo empeoró, llamamos a emergencias, me dieron unos pasos a seguir, yo estaba nerviosa y llorando pero lo dejé todo de lado y le di primeros auxilios, le puse de forma lateral, le hice reanimación y respiración boca a boca, lastimosamente fue en vano, al llegar la ambulancia ya nada se podía hacer, el cielo había ganado un ángel más.

 

Yo le di compañía, confianza, cariño, atención, un soporte donde sostenerse para dar unos pasas, mas ella me dio una visión nueva de como ver la vida, disfrutar y aprovechar cada día, aunque tengamos un dolor salir y olvidarnos un momento de él. Ella ha agrandado mi sabiduría personal y profesionalmente espero poner en práctica todo mi conocimiento adquirido durante todo este tiempo.