Hace 5 años mi madre fue diagnosticada con demencia, y hace 3 años y medio me dedico junto con mi papá, a su cuido.
Al principio uno no tiene la más mínima idea de lo que significa realmente la "demencia", más allá de una simple pérdida de memoria... Con el paso del tiempo, con todo el dolor de tu corazón y con todo tu amor a prueba, vas aprendiendo y entendiendo de qué se trata... Hoy, tan sólo 5 años después del diagnóstico, mi corazón se desangra lentamente, al ver lo rápido que esta enfermedad me robó a mi mamá, sin si quiera darme la oportunidad de despedirnos... Ella se aleja cada día más y más mientras yo me muero de dolor, y aunque ante los ojos del mundo luzca como la más fuerte, la más tranquila, la más entendida, por dentro yo también estoy desvaneciéndome poco a poco...
Hoy, tan sólo 5 años después del diagnóstico, mi mamá es una persona absolutamente dependiente, que usa pañal todo el día, a la que hay que darle laxantes porque ya no sabe hacer su “popis” sola, a la que hay que bañar, vestir y peinar porque ya no sabe hacerlo, a la que hay que cepillarle los dientes y ponerle su prótesis porque no tiene idea de hacerlo, a la que hay que darle su comida porque si no, se le olvida que esos son sus alimentos y que debe comérselos, que ya casi no quiere caminar porque ya empiezan a dolerle sus piernitas, y que ya no puede expresarse porque ya no sabe hablar...
Esto duele, y duele mucho... Pero por ella me derrumbo una y mil veces y me reconstruyo una y mil una veces más. No hay descanso, no hay tiempo de llorar, no hay tiempo de lamentaciones, no hay tiempo de explicaciones, porque cada segundo que pasa cuenta y cuesta, cada segundo que pasa es todo para ella, cada segundo que pasa es una nueva historia, un nuevo vivir, cada segundo que pasa es nuestro vivir.