Este relato se lo dedico a mi madre, una gran luchadora desde que nació.

 

Frases que me dice en mi día a día: No hay que mirar hacia atrás ni para coger impulso.

 

Cuando apareció el intenso y repentino dolor de forma desconocida en mi vida fuiste la persona que estabas a mi lado y que intentaste cogerme, a mis 23 años, a “caballito” como si de una niña se tratara.

 

A tus 50 años tuviste que dejar tu vida profesional para resolver todas esas preguntas que tanto nos quitaban el sueño y para convertirte en mis manos y mis pies, en mi SUPER CUIDADORA.

 

Me diagnosticaron una enfermedad rara Distrofia Simpático Refleja y entre muchas otras cosas en esa consulta nos dieron un consejo: no dejar de mover el pie afectado. En parte gracias a ti y a tus insistencias no perdí movilidad ni tuve rigidez en mi pie, por esas horas en salas de espera diciéndome que moviera el pie, por tus mensajes cuando me dejabas en el trabajo de: acuérdate de mover el pie y de la medicación, etc.

 

Ser súper cuidadora te costó perder 20 kilos de empujarme en la silla de ruedas y del sufrimiento de verme con dolor y no poder hacer nada.

 

Gracias por enseñarme que la vida se termina únicamente con la muerte y por hacerme ver ante determinadas situaciones que seguía siendo igual de válida que antes de aparecer la enfermedad.

 

Siempre te han gustado las cosas de enfermería, cuando me implantaron el neuroestimulador medular querías ayudar a las enfermeras a curarme. Esta última etapa que empezó con el implante ha sido muy difícil de vivir, un aparato extraño en mi cuerpo, muchos miedos, mucha dependencia, muchos más cuidados, mucho más que aguantarme y animarme porque no me gusta verme dependiente total, nuevos retos para las dos... como podía ser lavar el pelo en la cama pero…

 

Empezamos a ver la luz, y a ver que todo nuestro esfuerzo tiene recompensa, puedo volver a caminar aún con limitaciones, y eso ilumina tu cara como mamá feliz, aunque sabemos que la enfermedad está presente estamos orgullosas de que mi calidad de vida mejore junto a los médicos, enfermeras, técnicos, etc.

 

No hay palabras para agradecer todo lo que has hecho por mí, gracias por enseñarme que hay que sacar fuerzas hasta debajo de las piedras.

 

Eres súper mamá y súper cuidadora.