Es una persona tan especial que no sé cómo resumir en pocas palabras lo que vivimos día a día. Cuando la conocí estaba nerviosa y agresiva.
Solo diré que antes de venir a cuidarla ya tenía a otras tres personas y me llenaba de pena pensar que, encima de tener una enfermedad tan cruel, iba a estar en manos de cuatro…
Con toda la paciencia del mundo y mucho cariño he conseguido que esté tranquila y feliz. Los vecinos me dicen que no hay que ir a Lourdes para ver milagros.
Todos hablan de la gran complicidad que tenemos, del cariño con el que la trato y yo pienso que si me viesen en casa lo comprenderían porque es en realidad donde tengo toda la paciencia del mundo, todo lo que le hablo, todas las cosas que hacemos...
Me dicen que le he quitado más de veinte años (en noviembre hace 97) pero es que le pongo toda mi ropa, mis amigas dicen que ellas no lo harían ni de locas, que por mucho que la quiera no comprenden como me da igual que se haga pis en mi ropa o la rompa cuando no tiene algo en las manos pero a mí me encanta que vaya guapa.
Como mi "vicio" es todo lo cultural pues la llevo conmigo a todas partes y donde vamos es la protagonista, da lo mismo que vayamos a ver a Carmen Posadas que a Anxo Pérez, todo el mundo le dice algo y ella es feliz, y yo pienso con lo fácil que es hacerla feliz y que nadie se haya preocupado en todas esas personas que están vegetando y que no las sacan ni un momento para que les dé un poco de sol...
Creo que es una forma de maltrato y que tendría que estar penado. Mis amigas me dicen que no es vida estar las 24 horas con ella pero como vamos juntas a todas partes no me importa ya que para mí es como si fuese mi madre, desgraciadamente el día que este encamada pues ya buscaré soluciones.
Muchas personas me dicen: Dios te lo pagara y no comprenden que verla feliz es para mí es el mejor regalo y me gustaría que todas las personas mayores fuesen tratadas con todo el cariño y respeto que se merecen, tanto por parte de familia como de cuidadores ya que se ven casos por ahí que te parten el alma.
Nuestro día a día es así:
Yo me levanto a las ocho, me ducho, preparo la comida, desayuno... y le llevo la fruta a la cama (siempre naranja con miel, canela, y aceite, es exquisito y le viene genial para ir al baño) le doy los buenos días con un montón de besos y le digo que a la reina de España no le llevan la fruta a la cama...
Mientras que hago la habitación va despertando, la levanto, se ducha, desayuna... luego vamos donde guardamos "las joyas" y empezamos a buscar las que le vayan con la ropa que lleva, le encanta que le diga lo guapa que está pero cuando le digo que estaría guapa hasta con un orinar en la cabeza me dice: “sí, pero no.”
Todos los días me sorprende con su inteligencia y sentido del humor a pesar de la enfermedad.
Le doy la foto de sus papás y de sus hijos que se las he plastificado porque todo el día les está dando besos. Le doy trapos y cosas para que esté entretenida mientras que acabo de preparar la comida, limpio y nos vamos a las compras, a pasear.
Todo el mundo le dice lo guapa que está y le dan besos. Todos los días cuando salimos le digo que menos mal que me acompaña porque si no se me olvidan la mitad de las cosas y ella se siente útil y feliz. Me duele mucho que haya personas que no comprendan el que yo hable tanto con ella, ellos piensan que no se entera, que poca psicología, que poco sentido común, que poco corazón.
Por la tarde, merendamos y volvemos a salir, volvemos a casa, cena y a la cama. Todas las noches le digo lo mismo, que vamos a dormir toda la noche para descansar, que al día siguiente tenemos muchas cosas que hacer, que cuando suene el despertador me levanto yo y le llevo la fruta, y duerme mejor que cuando le daban pastillas para dormir y gotas para tenerla casi vegetal.
Su "dosis de besos y abrazos" no le faltan a ninguna hora y hago mías las palabras de Martin Luther King cuando decía:
“SI AYUDO A UNA SOLA PERSONA A TENER ESPERANZA NO HABRÉ VIVIDO EN VANO”
Yo diría:
“SI CONSIGO HACER FELIZ A UNA SOLA PERSONA NO HABRÉ VIVIDO EN VANO”