Relato cuidador familiar: Àngels Canals

Àngels ha querido compartir cómo fue cuidar a su madre enferma de Alzheimer que falleció hace unos meses. Si quieres votar por su relato compártelo por las redes sociales.

Mama tenía Alzheimer. El 8 de enero pasado, después de unos años de enfermedad, murió. Ahora estamos tristes por el adiós y a la vez agradecidos por haber podido compartir con ella la vida.

Estos días nos hemos sentido muy acompañados y queremos agradecerlo. Cuando hablamos de mamá a veces decimos que tuvo dos vidas y que ambas fueron intensas.

La primera lo fue y mucho, era una mujer apasionada y llena de generosidad. La segunda vida, con su fragilidad, nos cambió a todos. A su alrededor, nació una red de ternura que nos ha hecho crecer y al mismo tiempo descubrir maneras de comunicarnos que nunca nos hubiésemos imaginado.

Con la enfermedad nació un nuevo mundo, "uno de los enjambres de mundos que hormiguean, donde nosotros solo vemos desiertos"*, como nos dice el poeta Verdaguer.

Pero mamá también tuvo dos muertes. La última, la de enero pasado, fue apacible, junto a sus hijos y marido. En la primera, en cambio, la de hace más de doce años, hubo desconcierto y desesperación.

El recuerdo de su sufrimiento aún nos conmueve. De hecho no era ella quien moría, quien lo hacía era su mundo, su entorno. Se iba desdibujando lo que ella amaba y le era familiar, las personas y las cosas...Somos testigos de cómo mamá fue consciente de ir perdiendo los recuerdos. No es extraño pues que se revelara y se enfadara. Los abrazos que le dábamos eran un intento de acompañarla en su duelo.

Si bien no somos expertos de la enfermedad, ni parece que haya un patrón fijo de enfermo, sí sabemos que muchos pasan por momentos difíciles, que incluso van acompañados de una cierta agresividad. Además, esto ocurre a menudo en las primeras etapas, cuando a los que los acompañamos nos cuesta separar el enfermo de la enfermedad. Separar una cosa de la otra es sencillo pero no es fácil. Cuando ya se encuentra la manera todo se simplifica.

Mamá se reveló y se enfadó porque era consciente de ir perdiendo los recuerdos

Es importante acompañar a quién sufre, no lo hagamos solos. Todo fluye más fácilmente si nos dejamos ayudar y lo compartimos. Los profesionales del centro de día, donde mamá ha ido durante todos estos años, han sido para nosotros un puntal y un apoyo inestimable.

También nos hemos dado cuenta de lo importante que es saber respetar al máximo la independencia de la persona que está enferma. Aunque intuimos que, pese a las singularidades de cada uno, en ese duelo suyo por la pérdida de muchos referentes, le es reconfortante encontrar al otro lado una mirada sincera, el abrazo, la palabra, el silencio... de quién le acompaña.

Y todo esto nos plantea interrogantes que nos cuestionan: ¿qué les pasa a los enfermos que viven solos y sin cuidador? ¿Quién los abraza, acaricia, tranquiliza... cuándo se sienten perdidos?

(*)i a on tu veus lo desert/eixams de mons formiguegen. (Verdaguer) 

Àngels Canals Sabaté

Servicios de UNIR Cuidadores:

 Formación Consulta  Recomendador  Empleo  Información
 

Títulos propios de la Universidad

Certificados de Profesionalidad

Clases gratuitas

Clases en directo

Clases en diferido

Cuidados en casa

Apoyo Psicológico

Prestaciones sociales

 

Productos

Servicios

Aplicaciones

 

Buscas un cuidador

Buscas empleo


Cuidados en casa

El cuidador cuidado

Discapacidad y dependencia

Prestaciones y trámites

Entrevistas

Premios