Reyes trabaja en una residencia de mayores y cuidar de Coro le ha permitido sentirse realizada como cuidadora. Si quieres votar por su relato compártelo por las redes sociales.
Querida Coro frágil naciste, nos diste la posibilidad de ser tus cuidadores, y yo, en ese momento, descubrí mi verdadera vocación.
Eras una persona que apenas hablabas, no te movías, pero con tu mirada, todo me lo decías.
En el hospital todo el mundo te conocía porque cuando las veías, siempre guapas les decías.
Eras de gustos muy finos pero cuidados de cualquiera no querías, porque estabas acostumbrada a lo que mamá te hacía.
Treinta años tenías y muchas historias conocías.
Con todo lo que tenías ¡cuánta alegría nos transmitías!
Te aferrabas a la vida con esfuerzo y valentía, pero esta enfermedad no la merecías.
Tu Tía y tu Prima no dejan de emocionarse al recordar tu sonrisa.
A día de hoy sigo formándome como cuidadora profesional para poder ayudar a personas dependientes en instituciones sociales.
¡Gracias Coro por tu inyección de vida!, porque me has enseñado a valorar más a las personas y sentirme realizada en mi trabajo en una residencia de personas mayores.
Veo reflejada tu sonrisa en todas las personas a las que cuido diariamente.
Reyes Pablo Sobaberas
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