Este es el relato (en pocas palabras) de Vasile (yo cariñosamente le llamo Coco) y de mí.
Yo conocí a Vasile en la Iglesia de San Antonio, por circunstancias de la vida, él era una persona muy vulnerable, aparte de no tener medios económicos, sufría enfermedad y estaba desahuciado (cirrosis hepática). Su familia en Madrid, no quería hacerse cargo de él, querían que se muriese y únicamente cobrar su herencia y su pensión.
Yo recogí a Vasile de la Iglesia, puesto que su familia, por las circunstancias que fuesen, no le podían tener en casa, me ocupé de sus gestiones médicas, su dieta, su documentación reglada en España....
Su familia le hizo varias veces ir a Rumanía, para gestionar su pensión, sin medios, no le permitían volver a sus revisiones médicas, yo le traje varias veces para que no muriese allí, tal y como él me dijo.
Cuando ya estuvo en España gestioné su operación, para que su enfermedad no fuese la causa de su muerte, todos queremos una muerte natural sin enfermedad. Vasile, fue operado, y actualmente goza de buena salud.
Vasile vivió en mi casa 7 años, en esos siete años, vivimos todo tipo de penalidades, sin luz, sin agua, sin ayudas económicas de ningún tipo (las pedimos, pero nos fueron negadas). Pasamos un postoperatorio de una operación delicada en esas condiciones.... y bueno a pesar de todo, seguimos para adelante.
Este mes de marzo, yo le pagué a Vasile su viaje a Rumanía para que consiguiera su merecida pensión, actualmente está a la espera de contestación y, por supuesto, que le paguen, vive en casa de su hija, que vino, alquiló una casa, pero que no vive con él.
Vasile y yo nos seguimos viendo todos los días en la Iglesia, él forma parte de mi corazón y yo también del suyo, por muchas miserias que hayamos pasado, y aunque ya no vivamos juntos, sabemos que una experiencia así, no nos puede separar.