Toñi nos cuenta un relato en el que, pese a los oscuros túneles que a veces se instalan en la memoria de quienes más queremos, somos nosotros los que podemos alumbrar su camino:


Tal vez hoy necesito contarte... Contarte que ha sido un mal día, que esos fantasmas que a cada cierto tiempo asoman y me rasgan por dentro han venido hoy. Hacen daño, como siempre, y te dejan el corazón, el alma y la mente derrotados porque te vuelven a recordar cuál será el final y que nada lo podrá cambiar.

Me duele en lo más hondo de mi corazón tenerte y, a la vez, no tenerte

Entonces me ausento, como tú, y me pierdo en ese vacío falto de esperanza. Buscando respuestas que sé que nunca llegarán. Sé que tu memoria avanza por un túnel oscuro donde cada vez te pierdes más. Un túnel lleno de altibajos que yo también sufro cuando te veo perdido. Toda la lucha se basa en intentar frenar todo esto. No quiero perderte. No quiero que te extravíes más. Me duele en lo más hondo de mi corazón tenerte y, a la vez, no tenerte.

Tu memoria y la mía traen a nuestros corazones la felicidad porque ahí encontramos una luz en tu memoria

No, no puedo contarte mis batallas. Tengo que ayudarte con las tuyas y seguir siendo a ratos, esa luz en tu memoria. A diario recordarte tu nombre y cómo se sonríe.

Es entonces, cuando tú sonríes, que mi memoria es tuya, porque vuelvo a contarte desde que era pequeñita, historias que tú mismo nos contabas una y otra vez, y a veces, sólo a veces, recuerdas una pequeña cosa que en segundos vuelves a olvidar de nuevo. En ese momento, tu memoria y la mía traen a nuestros corazones la felicidad porque ahí encontramos una luz en tu memoria, con recuerdos de antaño. Aunque sólo sean momentos, para después volver a la lucha por recordar y sonreír de nuevo.

Son muchas más las batallas diarias, la cruel Alzheimer se encarga de ello y te confunde, te hace tener miedos, miedos que son fantasmas en tu mente y que a veces hasta te hacen llorar. Entonces de nuevo mi memoria se entrelaza con la tuya y trata de traerte momentos alegres. ¡Sí! ¿Por qué no? Momentos alegres, sin tristezas, sin miedos y vuelvo a conseguir tu sonrisa y entonces estoy segura que tu alma sonríe como la mía.

- ¿Y tú quién eres?

- Tu hija papá, ¡soy tu hija!

- ¿Si? ¡Cuánto has crecido! - ¡Huy, sí papá, mucho!

Tenemos otra batalla más: la agitación, el nerviosismo, el que "dónde estoy", que "me quiero ir a mi casa", que "por qué nadie me ayuda". Entonces cantamos, vienen a mi memoria las canciones, tus canciones, y canto. Casi siempre terminamos cantando juntos canciones

como “María de la o”, “Soy minero” y “Viva España”. Después ponemos los cascos y el pendrive con muchas canciones de tu tiempo y parece ser que la mente se traslada, nos tranquilizamos y vamos recordando algunas palabras que de vez en cuando te hacen cantar un poquito, entonces te veo tranquilo y feliz.

En esos momentos mi memoria descansa, por el reto conseguido. Sin embargo, me siento triste, me siento impotente, pues aunque vayamos ganando batallas, sabemos que la última la ganará ella ya que hasta el día de hoy es invencible, incluso se hace más fuerte en su crueldad, va destrozando corazones y vidas.

Solo hay una batalla que jamas ganara y es la del cariño, la del amor, los besos, los abrazos y los "te quiero"

Cuando ella aparece, al principio, se hace notar muy poco y no le damos importancia. Hasta que se instala y empieza a hacer ver y sentir su maldad. Es entonces ahí, cuando comienzan las batallas. Batallas que serán infinitas y duras, y cada vez más difíciles de enfrentar. Algunas veces resultarán imposibles.

Muchas personas no la conocen, se llama ALZHÉIMER.

Ojalá no existiera.

Dicen que somos lo que hemos vivido, las personas a las que hemos conocido… y por supuesto muchisimo más, pero todo eso, el alzhéimer se lo va llevando. Un día se presenta, y poco a poco se lo va llevando todo hasta dejarte desnud@ emocionalmente.

Solo hay una batalla que jamas ganara y es la del cariño, la del amor, los besos, los abrazos y los "te quiero", porque a pesar de ser tan cruel no puede llevarse las emociones y los sentimientos. En ese aspecto es donde le ganamos y en lo que nos enfocamos cada minuto, hora y cada día , en darnos y recibir todo el amor y cariño que llevamos dentro. 

En esta batalla le venceremos hasta el final. Se irá cada vez más apagando la luz en tu memoria, pero jamás se apagará la luz de nuestros corazones.

Bonocuidador premiossupercuidadores2016