Esta es la historia de una súper heroína, de una mujer valiente a la que debo tanto… entre varias cosas, la vida.
Sin apenas entender lo sucedido, sin comprender aún que ha pasado, miro atrás y veo el esfuerzo , el amor, el cariño… que mi madre ha demostrado a mi padre. Tan solo hace una semana que mi padre decidió irse al otro lado del camino, partiendo el corazón de todos los que le amábamos, que no éramos poco. Y en este intento de comprender, de dar sentido, de amueblar mi cabeza, no dejo de pensar el trabajo tan duro y tan gratificante, que mi madre tiene en todo esto.
Hace justo un año, un precioso día soleado, con un café en una terraza, y de la forma mas suave y dulce que pueden darse las noticias, me enteré que los bichos malos habían vuelto a aparecer. Y mi padre, como el guerrero que siempre ha demostrado ser, ha peleado con uñas y dientes. Un año en el que los altibajos han sido una constante, un año en el que el deterioro físico hacia mella día a día… y que una mente lenta como la mía, solo ha sabido visualizar tras la despedida.
Gracias mamá, por cuidarme a mi toro, a mi amigo, a mi amor, a mi padre…
Gracias por levantarte cada mañana y llevarle con preocupación el desayuno, e intentar que siguiera comiendo las pocas proteínas que aceptaba tomar. Gracias por el día a día, por asearle, levantarle, sentarle, vestirle, hablarle… Por tenerle como el rey que era y se merecía ser.
Gracias por afrontar su silla de ruedas con amor, con humor, sin dramas y con una sonrisa para facilitarle a él su declive personal. Gracias por dormir noche tras noche a su lado, en la cama, y ya después, incomoda en un sillón, y darle a él gusto y no hacerle enfrentarse a la oscuridad, a estar tumbado.
Gracias por aguantar como has aguantado los médicos, las quimios, los viajes en ambulancia, las noches de urgencias, los aislamientos con mascaras que apenas te dejaban respirar, las batas que asfixiaban en los meses de calor…
Gracias por cuidar de el como lo has echo. No dudo, ni dudes, que cualquiera de tus hijos hubiésemos hecho por el lo mismo, pero casi todo, has sido tu. Con amor y cariño. Dandole sus últimos caprichos.
Gracias por la familia que habéis formado, por la union que habéis creado, por el ejemplo que habéis sido. No tengo vida para agradecerte lo que has echo por él, por amor y cariño, sí, pero has cuidado a mi tesoro y eso, que menos que un reconocimiento.
A ti papá, que vacío tan grande dejas… Que bonito es escuchar a todo el mundo describirte, como buen hombre, buen padre, buen amigo, entrañable, dulce, honesto. Y es que has sido eso y mucho más. Me has enseñado tanto… pero no me has enseñado a estar sin ti.
Se feliz papá, te lo mereces. El año ha sido duro. Corre ahora que puedes, cuida tu campo como hacías antes. Protégenos, cuídados. Pero ten la certeza de que “tureina” esta en buenas manos, en las que tu formaste, y ahora seremos nosotros los que cuidemos de ella.
Gracias Wonder Woman. Gracias SuperCuidadora.
Os quiero