Isabel nos habla sobre su pequeña Noelia y cómo, pese a nacer con una enfermedad de mal pronóstico, se ha ido superando gracias al esfuerzo y dedicación diaria:
Noelia tiene 8 años.
Es una niña maravillosa, alegre, simpática y muy cariñosa.
Nació con mielomeningocele abierto a nivel L4-L5. Los primeros pronósticos fueron muy malos, incluso de no sobrevivir a sus primeras horas.
Durante mas de una año, la información que recibíamos era que ibas a tener dificultad para moverte, y no ibas a poder andar salvo con muletas. Nos insistían en mentalizarnos de esa realidad, para poder afrontarla cuanto antes, pero yo me resistí a hacerlo.
Dejé mi trabajo de enfermera y me dedique a cuidarte a ti, ya que no había mayor satisfacción posible.
Tu padre tuvo que ir a otra ciudad a trabajar y juntas empezamos una lucha por darle la vuelta, que continuamos día a día.
Así, hasta los dos años y medio, que un día te lanzaste a andar, y ya no has parado de superarte desde entonces. Asumiste las férulas como una gran ayuda para mantenerte en equilibrio y no ver obstáculos en nada de lo que te propones.
Te encargaste, pasito a pasito, de cambiar todo aquello y de demostrar que ibas a ser una autentica luchadora, y así ha sido.
Has demostrado que puedes hacer todo lo que quieras: nadar, cantar, bailar y todo lo que haces te apasiona.
Yo sé que tú tenías que ser mi hija, y yo tu madre. Estaba predestinado así y nada lo iba a cambiar.
Porque tú has trasformado mi vida, mi persona, y haces que todo lo que nos rodea sea mejor.
Eres la luz y la alegría en todos los momentos, hasta en los más duros. Y lucharemos para que siempre seas tan feliz como lo somos contigo.
Te quiero, mi vida.