Esther es psicóloga, especialista en psicogerontología y neuropsicología. Lleva trabajando cuatro años con GAM, Grupos de Apoyo Mutuo, GAM, porque considera que estos grupos benefician mucho a aligerar la sobrecarga del cuidador. Si quieres votar por ella, comparte su relato por las redes sociales.
Un día cualquiera.. abres la puerta de un centro cualquiera...
Pidiendo ayuda, desorientado/a, con poca o mucha información de la enfermedad, angustiado/a, apenado/a, desbordado/a por la situación...
En la primera sesión nos conocemos, nos contáis la situación que lleváis atravesando hace años e intentamos crear un vínculo entre familia y profesional, ya que uno de los objetivos es que cuidando al cuidador éste/a proporcionará mayor calidad en el cuidado a su familiar. Contáis con todo nuestro apoyo y dedicación, sois pieza clave en la enfermedad, porque no se trata de uno sino de dos, porque sin vosotros prácticamente nada sería posible.
Ves como poco a poco tus proyectos personales se van truncando dando mayor importancia al cuidado de tu familiar. A medida que avanzan los días, los años... vas tomando mayor responsabilidad, mayor implicación en las tareas del cuidado, llegando incluso a pensar que solo tú puedes cubrir sus necesidades. Es en estos momentos cuando debemos estar atentos de actitudes sobreprotectoras, porque la sobrecarga, la depresión y la ansiedad son variables clínicas psicológicas que a menudo sobrepasan los niveles de “normalidad” en los cuidadores.
Necesitas delegar, dejarte ayudar, ser escuchado/a, comprendido/a, apoyado/a, respaldado/a, querido/a, acompañado/a en todo el proceso de la enfermedad...
Eres héroe en la sombra, héroe en el silencio
Por eso nos reunimos cada miércoles, en los “Grupos de ayuda”, a veces vienes alegre, a veces angustiado/a, pero siempre esperando que llegue el día para contar a los compañeros/as cómo ha ido la semana. Pero lo que no sabes, y ahora es momento de sincerarme, es que anhelo ese ratito de los miércoles con la misma ilusión que tú.
Llenamos un espacio de complicidad, de escucha, de respeto, de comprensión, de acompañamiento. Te llevas a casa opiniones de los compañeros/as que atraviesan la misma situación (sin olvidar, que cada situación es única). Pones en marcha a lo largo de la semana lo aprendido en cada sesión.
Se me eriza el vello de la piel cada vez que refuerzo a un cuidador/a porque las cosas han ido bien en el trascurso de la semana.
Quiero destacar los puntos positivos de cuidar que me habéis hecho llegar al cabo de estos años:
- He aprendido a mirar más allá de la propia enfermedad.
- El cuidado también tiene situaciones enriquecedoras en su día a día.
- He aprendido a dar prioridad a las emociones positivas.
- Es una autosuperación, una sensación de logro.
- Cuidarse, es la clave de cuidar.
Me atrevo a decir alto y claro que “eres héroe en la sombra, héroe en el silencio”. Ejerces funciones de enfermero, fisioterapeuta, psicólogo, trabajador social. Llevas por dentro tu profesión individual, tu casa, tu familia. Dejadme decir que esto es digno de admirar.
Tras el fallecimiento del enfermo/a y tras tu proceso de duelo, me lleno de ilusión al saber que decides visitar nuevamente el centro y superas así barreras emocionales. Desde el equipo profesional comprendemos el duro esfuerzo que supone dar este paso y te acogemos con los brazos abiertos para que nos cuentes cómo está siendo o cómo ha sido tu vuelta a la realidad.
Una historia cualquiera, de un profesional cualquiera...
Esther Ocaña
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