Ser cuidador o cuidadora es una función que implica dedicar tiempo, atención y sobretodo, afecto a una persona que necesita ayuda para realizar sus actividades cotidianas.
Un cuidador o cuidadora puede ser un familiar, amigo, profesional o cualquier persona voluntaria que asume la responsabilidad de atender las necesidades físicas, emocionales y sociales de otra persona. En la actualidad, Ser cuidador o cuidadora profesional es una garantía de trabajo de por vida, debido al envejecimiento exponencial de la población mundial.
Quién puede ser un cuidador
No existe un perfil único de cuidador, ya que depende de las características y circunstancias de cada caso. Sin embargo, se pueden identificar algunos factores que influyen en la decisión de asumir el rol de cuidador, como el grado de parentesco, el vínculo afectivo, la disponibilidad, la capacidad y la motivación.
Qué derechos tiene un cuidador
Los cuidadores tienen derecho a recibir información, formación, apoyo y reconocimiento por su labor. También tienen derecho a cuidarse a sí mismos y a preservar su salud, su bienestar y su calidad de vida. Para ello, pueden acceder a recursos y servicios que les faciliten el desempeño de su tarea y les permitan conciliarla con sus propias necesidades.
Cómo evitar la sobrecarga en el cuidador
La sobrecarga en el cuidador es el conjunto de síntomas físicos, psicológicos y sociales que se derivan del estrés y la exigencia de cuidar a otra persona. Para evitarla o reducirla, es importante que el cuidador se cuide a sí mismo, siguiendo hábitos saludables, buscando apoyo emocional, delegando tareas, organizando su tiempo y disfrutando de actividades placenteras.
Cuál es el rol de los cuidadores
El rol de los cuidadores es fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas que necesitan ayuda. Los cuidadores realizan diversas funciones, como asistir en las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, proporcionar apoyo emocional y social, facilitar la comunicación y la participación, prevenir complicaciones y promover la autonomía.
La importancia de la formación de cuidadores
Formarse como cuidador tiene múltiples ventajas. Por un lado, te permite aprender y practicar lo que necesitas para cuidar bien y con confianza a las personas que dependen de ti. Por otro lado, te da un plus como profesional, haciéndote más competitivo y atractivo para el mercado laboral. Por otro lado, te facilita estar al día y adaptarte a las novedades y demandas del sector. Y, por último, te abre las puertas a una formación permanente y específica, mejorando tus capacidades y ofreciéndote nuevas posibilidades de crecimiento profesional.
¿Por qué es rentable que se formen los cuidadores?
La formación de cuidadores tiene muchas ventajas, tanto personales como profesionales. Por un lado, te permite desarrollar habilidades y competencias que te enriquecen como persona y como trabajador, como la empatía, la comunicación, la paciencia, la responsabilidad y el trabajo en equipo. Por otro lado, te abre las puertas a un sector laboral con mucha demanda y proyección de futuro, ya que el envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades crónicas hacen que cada vez haya más personas que necesitan cuidados.
La demanda de profesionales capacitados para trabajar en la atención sociosanitaria crece cada día y sin previsión de estancamiento.
La mejor formación de cuidadores
Elegir la mejor formación de cuidadores depende de varios factores, como tus objetivos, tus necesidades, tu presupuesto, la calidad del curso y la salida laboral del mismo. Te presentamos algunos consejos para que puedas tomar una buena decisión.
- Debes tener claro es qué quieres conseguir con el curso. ¿Quieres mejorar tus conocimientos sobre el cuidado de personas mayores o dependientes? ¿Quieres obtener un título oficial que acredite tu competencia profesional? ¿Quieres acceder a un empleo en el sector sociosanitario? ¿Quieres cambiar de sector o especializarte en algún ámbito concreto?
- Considera el nivel de formación tienes y qué tipo de contenidos te interesan. ¿Tienes estudios previos relacionados con el cuidado de personas? ¿Qué temas te gustaría aprender o profundizar? ¿Qué modalidad de formación prefieres: presencial, online o mixta? ¿Cuánto tiempo puedes dedicarle al curso?
- Ten en cuenta el dinero que puedes invertir en el curso. ¿Hay opciones de financiación o becas disponibles? ¿Qué relación calidad-precio tiene el curso? ¿Qué incluye el precio del curso: matrícula, material, tutorías, prácticas, etc.?
- Evalúa la calidad del curso. ¿Quién imparte el curso? ¿Qué titulación tiene? ¿Qué metodología utiliza? ¿Qué recursos ofrece? ¿Qué opiniones tiene de otros alumnos o profesionales? ¿Qué garantías ofrece el curso: seguimiento, evaluación, reclamaciones, etc.?
- Analiza los beneficios post-estudios. ¿Qué demanda tiene el curso en el mercado? ¿Qué competencias te aporta? ¿Qué certificación obtienes? ¿Qué bolsa de empleo tiene? ¿Qué convenios tiene con empresas o entidades del sector?
Además, debes saber que desde el pasado 1 de enero de 2023 (Según la Resolución del 3 de noviembre de 2015, modificada por la Resolución de 11 de diciembre de 2017 y reglamentos posteriores), todos y todas las profesionales que trabajen en asistencia para el ámbito sociosanitario, deben contar con un Certificado de Profesionalidad. Por tanto, para ser profesional de atención sociosanitaria es obligatorio cursar estudios de Formación Profesional o un Certificado de Profesionalidad.
Contar con el Certificado de Profesionalidad es prácticamente una garantía de empleo dada la alta demanda de profesionales que tiene hoy en día el sector de los cuidados.
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¿Te interesa la formación de cuidadores? ¿Te gustaría dedicarte al cuidado de personas mayores, dependientes o con discapacidad? ¿Quieres mejorar tus competencias profesionales y ampliar tus oportunidades laborales? Entonces, la formación de cuidadores de SUPERCUIDADORES es lo que estás buscando.