Tratar a una persona con demencia es un reto que requiere compasión, paciencia y conocimiento. Implica cuidarla, hablarle, escucharla y entenderla. Tratar a una persona con demencia también implica cuidarse a uno mismo como cuidador y buscar apoyo cuando sea necesario.
Cómo cuidar a una persona con demencia
Cuidar a una persona con demencia implica atender sus necesidades físicas, emocionales, sociales y espirituales. Se requiere paciencia, comprensión, respeto y amor. Algunos consejos para cuidadores de personas con demencia son:
Mantener una rutina diaria que le dé seguridad y estabilidad.
Establecer horarios fijos para las comidas, el baño, el descanso y las actividades recreativas. Adaptar la rutina a las capacidades y preferencias de la persona con demencia. Evitar los cambios bruscos o innecesarios que puedan confundirla o alterarla.
Estimular su mente y su cuerpo con actividades adecuadas a su nivel cognitivo y funcional.
Fomentar su participación en tareas sencillas y gratificantes que le den sentido y propósito. Ofrecerle juegos, música, lectura, manualidades u otras aficiones que le gusten y le diviertan. Evitar las actividades que le frustren o le aburran.
Respetar su dignidad y su autonomía.
Tratarla como un adulto y no como un niño. Dejarla tomar decisiones siempre que sea posible. Ayudarla solo cuando sea necesario y de forma discreta. No hacer por ella lo que pueda hacer por sí misma.
Crear un ambiente seguro y confortable.
Eliminar los objetos peligrosos o innecesarios que puedan causarle daño o confusión. Colocar carteles, etiquetas o señales que le ayuden a orientarse y recordar las cosas importantes.
Buscar apoyo profesional y social.
Consultar con el médico o el enfermero sobre el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de la persona con demencia. Solicitar ayuda de otros familiares, amigos, vecinos o voluntarios para compartir las tareas del cuidado o para tener momentos de respiro. Acudir a grupos de autoayuda o asociaciones de familiares de personas con demencia para recibir información, orientación y apoyo emocional.
La demencia afecta a la memoria, el pensamiento, el comportamiento y la capacidad de realizar las actividades cotidianas.
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Cómo hablarle a una persona con demencia
Se debe expresar afecto genuino, manteniendo el vínculo emocional. Hablarle a una persona con demencia también es una forma de estimular su memoria, su lenguaje y su comprensión. Algunos consejos para hablarle a una persona con demencia son:
- Usar un tono de voz suave, tranquilo y amable.
- Dirigirse a ella por su nombre o por el apelativo que prefiera.
- Mantener el contacto visual y la proximidad física.
- Usar un lenguaje sencillo, claro y directo.
- Escuchar con atención y paciencia.
- No interrumpirla ni corregirla.
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Qué frases se debe evitar decir a una persona con demencia
A continuación, te mostramos tipos de frases que no debes usar con una persona con demencia:
Frases que la contradigan o la corrijan.
Por ejemplo: “No, eso no es así”, “Eso ya te lo he dicho”, “Eso no te lo puedes inventar”. En lugar de ello, se puede intentar distraerla, cambiar de tema o validar sus sentimientos.
Frases que la cuestionen o la pongan a prueba.
Por ejemplo: “¿Qué día es hoy?”, “¿Cómo se llama tu hijo?”, “¿Te acuerdas de lo que hicimos ayer?”. En lugar de cuestionarla, se puede conversar sobre temas que le resulten familiares, agradables o significativos.
Frases que la infantilicen o la ridiculicen.
Por ejemplo: “Qué bueno eres”, “Venga, cómetelo todo”, “Mira qué gracioso”. En lugar de ello se debe tratarla con respeto, dignidad y cariño.
Frases que la excluyan o la ignoren.
Por ejemplo: “No le hagas caso, está senil”, “Ya no sabe lo que dice”, “Habla conmigo, que yo sí te entiendo”. En lugar de excluirla o ignorarla, se puede incluirla en la conversación, escucharla con atención y mostrarle interés y comprensión.
Evitar frases que pueden hacer que la persona con demencia se sienta confundida, frustrada o enfadada. En el mayor de los casos, se puede sentir ansiosa, culpable, humillada y rechazada.
Por qué grita una persona con demencia
Gritar es una conducta que puede presentar una persona con demencia en algunas ocasiones. Gritar puede ser una forma de expresar una necesidad, un malestar, una emoción o una reacción a un estímulo; como los presentados a continuación.
- Dolor o incomodidad física.
- Ansiedad o miedo.
- Frustración o enfado.
- Aburrimiento o soledad.
- Demanda de atención o afecto.
La demencia no tiene cura, pero se puede tratar para mejorar la calidad de vida de la persona afectada y de sus cuidadores.
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