Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, que se celebró el 21 de septiembre, el Centro Virtual sobre el Envejecimiento nos da 10 consejos para mejorar la comunicación con una persona que sufra la enfermedad del olvido.
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- Evita ruidos y distracciones para optimizar la comunicación.
- Acércate, preséntate y di quién eres. Es posible que no te reconozca.
- Colócate delante y mira a los ojos. Adopta esta postura para garantizar que le llega el mensaje.
- Habla despacio y vocaliza. Con tranquilidad y utilizando un tono de voz bajo.
- Utilizad el humor y aprended a reíros juntos de los malos entendidos.
- Evita presionar ante preguntas que impliquen recordar. Es posible que no consiga responder.
- Utiliza tu cara para expresar. Sonríe, gesticula.
- Reformula las preguntas si no ha comprendido el mensaje. Utiliza un lenguaje sencillo y coloquial.
- Mantén la calma y ten paciencia. Repite el mensaje las veces que sea necesario y con el tono adecuado.
- No riñas, no grites, no castigues, no infantilices.
Sabemos que todos los cuidadores sentimos de forma más o menos habitual esa impotencia y frustración que produce el no poder comunicarnos con nuestro familiar.
No sólo por no poder mantener una conversación lógica y fluida, sino también por esa incomunicación a la que se ve abocado esa persona y que le acaba aislando de su propio entorno.
Y además por la tristeza que nos da ver cómo nuestra propia relación con él/ella va cambiando. Poco a poco parece convertirse en un mueble más de la casa. Triste pero cierto.
Por eso es importante no olvidar que para cuidar es importante comunicar, a través de palabras pero también de gestos y acciones, que es lo que al final nos queda con estas personas. La persona a la que cuidamos está enferma y poco a poco deja de hablar y de comunicarse. Pero no por ello deja de sentir y sobre todo de vivir.
Estos 10 consejos que nos da el CVE son muy concretos y de lo más prácticos. Puede dar la sensación de que se quedan en lo puramente comunicativo, y curiosamente estamos diciendo que en el caso de personas con demencia esa comunicación termina por desaparecer, al menos la verbal. Así como la atención y la concentración que pueden mostrar.
¿Cuántas veces pensamos: “para qué hablarle si ya no me escucha, si no me entiende?” Además, hacernos el firme propósito de llevar a cabo en el día a día esos 10 consejos nos van a requerir un esfuerzo extra y una dosis adicional de paciencia, cariño y sobre todo de energía y de fortaleza mental para no ceder ante las dificultades y los sinsabores.
¿Por qué seguir entonces estos consejos?
Porque esa mejora en la comunicación nos va a ayudar a entender y recordar, que cuidar no es sólo tener a nuestros familiares lavados, vestidos, alimentados y atendidos.
Porque cuidar no es solo asistir. Cuidar es hacer felices a los otros y velar por su bienestar, su felicidad, su bien vivir. Y toda persona, para ser feliz, necesita de las relaciones con los demás. Relaciones humanas, basadas en el amor.
Por eso, aún cuando la persona aparentemente ya no se comunica y no podemos hablar con ella como quisiéramos, el amor que podemos transmitir y vivir a través de la relación de cuidado, es algo que jamás podemos descuidar.
Y eso va a depender sobre todo del cuidador y su afán y esfuerzo por evitar, sea como sea, que la persona acabe aislada en la oscuridad y soledad de su propia mente ya perdida.
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Doctora Nuria Garro-Gil- Doctora en Educación
Blog de Nuria Garro-Gil: Jóvenes aprendiendo a cuidar