Una de las grandes dificultades del cuidador es saber cómo cuidar. Sobre todo si ha sido algo fortuito e inesperado, producto de una caída o de un ictus. ¿Sabes cómo te puede ayudar una asociación? Juan Moisés de la Serna, doctor en psicología, te lo explica.
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En este caso, la persona, aparte de shock emocional que le provoca ver a su familiar incapacitado y dependiente, tiene que empezar a aprender a cuidarlo.
Los cuidadores profesionales, por su parte, reciben cursos de formación específicos destinados a habilitarles para el desempeño de sus funciones.
Formación e información es lo que buscan y necesitan, tanto los cuidadores familiares, como los profesionales. Pero además, requieren de apoyo emocional con el que afrontar esta nueva situación en su vida. Y es precisamente ahí donde surgen las asociaciones.
Inicialmente aparecieron de forma informal. Una reunión de amigos afectados ellos por la misma enfermedad o algún familiar.
Rápidamente se dieron cuenta de los beneficios psicológicos de saberse comprendidos y apoyados por otros en su misma situación.
¿Qué hacen las asociaciones?
Éstas se han especializado, no solo en las patologías concretas, sino incluso en el fomento de la información, de la investigación, del tratamiento, etc.
De forma que se intenta cubrir todas las demandas que los propios cuidadores tienen sobre su propio desempeño.
Incluso han surgido algunas asociaciones dirigidas y orientadas a cuidar al cuidador, en el que organizan actividades y talleres tendentes a conocer cómo mejorar en el servicio que se presta.
Pero también para saber cómo aprovechar para tener tiempo libre, para poder "recargar las pilas", algo imprescindible para poder seguir ofreciendo un servicio de calidad al familiar o a la persona que se está atendiendo, buscando la integración social y familiar.
En su mayoría, estas asociaciones cuentan con personal sanitario especializado que ofrece asesoramiento particular para cada caso, con lo que ofrecer una información concreta a la demanda de cada cuidador, de la mano de un experto en la materia.
Se convierten a su vez en interlocutores con las administraciones, con las que gestionar y negociar los cambios normativos. De forma, que ayuden y faciliten la vida tanto a los pacientes como a sus cuidadores.
Otra de sus funciones es la sensibilización y concienciación de la sociedad con las distintas enfermedades y patologías. Para ello, organizan eventos, jornadas, y diversos actos, para darse a conocer, incluso, a través de los medios de comunicación.
Esas mismas asociaciones han ido creciendo, creando delegaciones en cada provincia o región y coordinándose para que la información fluya sobre los nuevos tratamientos.
Cada vez es más sencillo encontrar una asociación próxima donde encontrar el apoyo y la información que se requiere. Donde se reúnen periódicamente para compartir experiencias y dificultades.
Muchas de estas entidades cuentan con revistas que recogen testimonios, consejos e información actualizada, para que todos puedan resolver sus dudas.
Por regla general, todas cuentan con presencia a través de las redes sociales, con lo que la limitación que algunos cuidadores pueden tener con respecto al desplazamiento se ve superado gracias a Internet.
Las asociaciones suelen ser entidades sin ánimo de lucro. Es decir, no existe coste por recibir información e incluso formación. Sin embargo, si suelen solicitar cuotas a los socios para poder financiar los cursos. Aunque, en ocasiones, tiene la suerte de contar con subvenciones concedidas por las administraciones públicas.
¿Por qué no te dejas ayudar y acudes a la asociación más próxima a tu localidad?
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