¿A quién le gusta vivir en soledad? El ser humano es sociable por naturaleza. Nos encanta estar en contacto con los demás: nuestra familia, nuestros amigos y, en general, el pequeño pero intenso mundo que nos rodea.
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Una investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) ha confirmado algo que ya se sospechaba: la soledad está vinculada a un riesgo más alto de enfermedad y mortalidad crónica. Y es que el aislamiento social puede incrementar en hasta un 14% el riesgo de muerte prematura.
En este trabajo realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago se recogen determinados mecanismos implicados en las respuestas fisiológicas que se producen cuando enfermamos. Según el documento, la soledad conduce a luchar o huir de la señalización de estrés, algo que podría afectar a la producción de células blancas de la sangre.
¿Cuántas personas viven solas en Europa?
A quien más afecta la soledad, por desgracia, es a las personas mayores. Según un documento del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de 2014, la proporción de personas mayores que viven solas en Europa se sitúa en el 31,1%. En España, con una activa social civil, esa proporción sólo alcanza el 22,5%. La soledad entre las mujeres dobla las cifras de los hombres, tanto en Europa (40,1% y 19,3%, respectivamente) como en España (28,8% y 14,2%).
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¿Qué motiva la soledad?
Cuando hablamos de soledad debemos atender a los motivos que la causan. A veces, las personas que viven y se sienten aisladas no tienen familiares que puedan ocuparse de ellas. En otras ocasiones, sí que existe una familia pero ésta no quiere hacerse cargo bien por indiferencia o bien porque no pueden asumir el coste de los cuidados de la persona. No obstante, cabe recordar en este punto que, como afirman algunos estudios, el 20% de los jubilados de nuestro país son el sustento principal de los hogares españoles.
Soluciones a la soledad
Ante situaciones de soledad y aislamiento es necesario dar respuestas. Una de las más interesantes es el programa Convive, de la ONG Solidarios para el Desarrollo, basado en la convivencia entre personas mayores en situación de soledad y estudiantes universitarios.
Tal y como aparece en la descripción del programa, las personas mayores, “valiéndose por sí mismas para la vida cotidiana, necesitan el apoyo y compañía en su casa para sentirse más vivas.” A su vez, los jóvenes universitarios “se incorporan a su domicilio siguiendo una vida normal, progresando en sus estudios y compartiendo las tareas y los gastos en el domicilio de la persona mayor”. Esta iniciativa intergeneracional es un pequeño pero necesario granito de arena, un programa posible gracias al apoyo tanto del Ayuntamiento de Madrid como de distintas universidades de la capital.