Asear al dependiente por la mañana le llenará de energía para comenzar el día. Pero si lo que quieres es conseguir un efecto relajante que el baño sea por la noche.
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La higiene personal comprende el aseo diario del cuerpo y el cuidado de la imagen. El mantenimiento de una buena limpieza es la mejor muestra de que se están realizando unos cuidados de calidad.
El cuidador se puede tropezar con obstáculos físicos, debido a los impedimentos del dependiente. Pero también con oscilaciones en su estado de ánimo, que pueden llegar a repercutir en su interés por cuidar su presentación, higiene íntima y vestuario.
Por ello, es importante respetar las costumbres personales, que sean ellos los que decidan si toman un baño o se duchan, si lo hacen por la mañana o por la noche –en ocasiones, para poder dormir mejor-, pero siendo inflexibles en la frecuencia del aseo. Sin embargo, sugerimos la ducha matinal porque resulta más estimulante e higiénica para comenzar el día.
El aseo corporal será asumido, en la medida de lo posible y dependiendo de la valía del anciano, por él mismo, ya que con ello se fomentan los autocuidados y la independencia.
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Si la persona permanece en cama hay que asegurarse de que se lleva un correcto aseo paso a paso.
Si se ayuda a un dependiente en su cuidado personal, hay que respetar siempre su intimidad, intentando establecer una comunicación que lleve al diálogo y a la confianza. Así, se le podrá estimular con sugerencias en cuanto al cuidado de su cuerpo e imagen.
Consejos para un adecuado aseo
Se recomienda usar esponjas desechables, jabón neutro, crema hidratante, polvos de talco y ropa limpia. La temperatura del agua debe ser agradable y se han de cerrar puertas y ventanas para evitar un enfriamiento debido a las corrientes de aire o bajas temperaturas.
Antes de comenzar, el cuidador debe lavarse las manos con agua y jabón y utilizar, en la medida de lo posible, guantes desechables. Se empieza por lavar las diferentes partes del cuerpo de forma suave para no producir erosiones cutáneas.
Después, se secarán todas las zonas con toallas suaves, evitando la fricción excesiva y haciendo hincapié en los pliegues y espacios interdigitales (entre los dedos). Por último, se aplicará crema hidratante insistiendo en las zonas de fácil excoriación como talones, espalda, codos y glúteos.