El Parkinson afecta a más de 150.000 personas en España y el número podría duplicarse para el 2025. Descubre cuatro datos que te acercarán esta enfermedad, de la mano de Jaume Kulisevsky, experto en neurología.
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Jaume Kulisevsky es neurólogo. Trabaja como Director del Servicio de Neurología del Instituto Universitario y también como Jefe de la Sección de Trastornos del Movimiento del Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona.
El Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico, que puede derivar en una incapacidad progresiva. Como afecta al sistema nervioso se producen problemas a la hora de coordinar la actividad, el tono muscular y los movimientos. El doctor Kulisevsky destaca cuatro hechos relevantes sobre esta patología.
1. Los tratamientos
“El Parkinson es una enfermedad en la que los tratamientos se centran en los problemas motores, el temblor, la lentitud y la rigidez. Los fármacos que tenemos ayudan a resolver estos problemas, pero al cabo de un tiempo de estar usándolos surgen otro tipo de inconvenientes, como problemas cognitivos, caídas o dificultades para tragar”.
“Esto obedece a otro tipo de degeneración dentro de las neuronas, que no es simplemente de las neuronas de la dopamina, que es lo que hasta ahora es el rasgo más característico e importante de la enfermedad”.
2. La herencia genética
“Para poder tener en cuenta otros aspectos del Parkinson es necesario conocer más a fondo que está pasando dentro de la degeneración neuronal. Y sabemos cada vez más gracias a los nuevos conocimientos que aportan las causas genéticas de la enfermedad”.
“Es decir, nos centramos en aquellas vías en las cuales coinciden al menos 18 de los genes que causan la patología. Pero hay que especificar, porque esta es una enfermedad en la que, en la mayoría de los casos, no se produce por un gen directo, sino que hay una predisposición genética. Solo un 15% de los afectados, normalmente personas jóvenes, integran el grupo del gen directo”.
Sin embargo, gracias a estos genes podemos desarrollar modelos experimentales, tanto de animales como de cultivos celulares. De esta forma podemos probar nuevos fármacos que intenten detener, enlentecer o hacer desaparecer la neurodegeneración que es lo que siempre estamos buscando”.
“Lo que ocurre con las personas afectadas, que integran el 85% restante, es que hay una interacción entre una serie de genes de predisposición que no actúan individualmente. Sino que en cada persona dependerá de la genética familiar”.
“Es decir, heredamos una serie de genes que hacen que uno pueda estar más predispuesto a padecer la enfermedad. Y si a esto se le unen una serie de condiciones, como la presencia de tóxicos en el ambiente, determinados tipos de dietas, no practicar ejercicio o el consumo del café, la enfermedad se pueda manifestar antes”.
3. La edad
“El principal factor de riesgo de esta enfermedad es la edad. A partir de los 65 años es más frecuente que se manifieste, porque por cada década que se va avanzando se dobla o triplica la probabilidad”.
“Esto quiere decir que de alguna manera, todos estamos predispuestos a sufrir Parkinson. Cuando nuestro sistema envejece los factores de protección y de compensación desaparecen y, por lo tanto, puede aparecer la enfermedad”.
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“Por eso, es importante entender cuáles son los factores de una vida más apropiada para poder estudiar a las personas con riesgo de sufrir la enfermedad”.
4. La investigación
"La mayoría de los estudios para el tratamiento de la enfermedad han fracasado, porque se buscan fármacos que tengan un efecto sobre los síntomas que no mejoran satisfactoriamente”.
“Como el efecto de esos fármacos no es muy impactante, porque se tienen que comparar con los estudios clínicos contra placebos, los laboratorios piensan que no van a ser aprobados por las agencias regulatorias y no los siguen desarrollando por el coste económico que implicaría”.
“Pero esto no quiere decir que sean fármacos inútiles, sino que con las circunstancias actuales no tienen una viabilidad comercial”.
Actualmente tenemos muchas alternativas para la gente que tiene Parkinson. Antes era una enfermedad de diagnóstico catastrófico y hoy, con los tratamientos que proporcionamos, se puede vivir 20 años con una vida razonablemente buena”.
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