Vivir en un mundo confuso, desconcertante y lleno de desconocidos: eso es padecer Alzheimer. Reconocer los síntomas principales nos ayuda a saber cómo se sienten quienes lo sufren.
El Alzheimer es una enfermedad en la que poco a poco la memoria va perdiéndose. Quienes la padecen se sumen en un mundo confuso y lleno de desconocidos.
Se define como la muerte gradual y progresiva de determinadas neuronas de la corteza cerebral, lo que acarrea un deterioro cognitivo y trastornos conductuales.
Existe un listado de síntomas que nos puede alertar sobre la aparición de este ladrón de recuerdos:
- Pérdida de memoria a corto plazo: los enfermos se olvidan de información recién aprendida, de fechas y eventos importantes. Esto repercute en la capacidad laboral o en el desenvolvimiento cotidiano.
- Dificultad para realizar tareas domésticas rutinarias: como cocinar, peinarse, llegar a un lugar conocido o no saber cómo continuar cocinando un plato comenzado.
- Dificultad para planificar o resolver problemas:las personas afectadas por la enfermedad pueden experimentar cambios para seguir un plan o trabajar con números, e incluso tener problemas de concentración.
- Desorientación de tiempo o lugar: los enfermos pueden olvidarse de dónde están y de cómo llegaron allí, lo que les genera sensación de angustia.
- Dificultad para comprender imágenes visuales y el pensamiento abstracto: las personas afectadas pueden olvidar para qué sirven los objetos y cómo utilizarlos. Es posible que no reconozcan su reflejo en un espejo e incluso que crean que junto a ellos se encuentra otra persona.
- Problemas con el lenguaje: se olvidan de las palabras o usan términos incorrectos para expresarse. Es posible que durante una conversación se repitan continuamente o se paren porque desconozcan cómo continuar.
- Disminución o falta de juicio: los enfermos de Alzheimer pueden llevar a cabo acciones irracionales. A veces muestran falta de juicio. Por ejemplo, vistiendo varias prendas una sobre otra, acudiendo en bata al supermercado, o llevando chaqueta cuando hace mucho calor.
- Colocación de objetos fuera de lugar: podrían guardar la cartera debajo del colchón, el cepillo de dientes en un zapato o el mando de la televisión en el congelador
- Cambios drásticos de actitud o comportamiento: el humor y la personalidad de las personas con Alzheimer pueden cambiar. Empiezan a reflejar confusión, desconfianza, tristeza, miedo de la gente o ansiedad. En ocasiones pueden mostrar enfado y comportarse de forma violenta con las personas que les rodean.
- Falta de iniciativa para participar en el trabajo o en las actividades sociales: los enfermos se vuelven pasivos ante lo que antes les interesaba, porque muchas veces no son capaces de comprender lo que está pasando a su alrededor.
No hay un remedio milagroso para evitar la aparición del Alzheimer, pero sí que existen pautas que ayudan a frenar su avance. Por ejemplo, realizar ejercicio físico diario; prevenir y controlar enfermedades como la diabetes, la obesidad, la hipertensión y la depresión; evitar los golpes en la cabeza y estimular la mente.