Cuando envejecemos, uno de nuestros mayores miedos es sentir como nuestras articulaciones se van deteriorando sin que podamos poner remedio. La artrosis es la enfermedad articular más común en nuestro país. De hecho, la padecen unos siete millones de personas.
Al hablar de artrosis nos referimos al desgaste del cartílago articular que suele afectar a las manos, rodillas, caderas y columna vertebral, aunque puede aparecer en cualquiera de las articulaciones de nuestro cuerpo. Las articulaciones son aquellas partes del esqueleto que permiten la conexión entre dos huesos. El cartílago es el tejido que se encarga de recubrir los extremos de estos huesos y su función sería parecida a la de un amortiguador.
El Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS, por sus siglas en inglés) explica que "los huesos, que antes estaban cubiertos por el cartílago, empiezan a rozarse. La fricción causa dolor, hinchazón y pérdida de movimiento en la articulación". Es más, el NIAMS concreta que "con el tiempo, la articulación puede perder su aspecto normal. Además, pueden crecer espolones alrededor de la articulación. Algunos pedazos de hueso o de cartílago pueden desprenderse y quedar atrapados dentro del espacio que existe en la articulación lo que causa más dolor y daño".
Artritis no es artrosis
Cabe destacar la diferencia entre artritis y artrosis. Mientras que en la artritis la inflamación es la causante de la enfermedad, en la artrosis es el desgaste de la articulación el que causa la enfermedad, influenciada por un evidente componente degenerativo. Son dos enfermedades que producen dolor, y a veces hinchazón y rigidez, pero en la artritis el dolor es de tipo inflamatorio mientras que en la artrosis el dolor es de tipo mecánico. O lo que es lo mismo, se desencadena al moverse y mejora al reposar.
¿Quién puede padecer artrosis?
La artrosis no es una enfermedad que sólo afecte a la Tercera Edad, sino que cualquiera puede padecerla. Lo que sí es cierto es que se incrementa su frecuencia con la edad. Es más común en la mujer y en personas genéticamente predispuestas pero evitar su aparición y progresión es posible.
Consejos para cuidar la artrosis
Según el estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología (SER), la artrosis sintomática de rodilla tiene una prevalencia puntual del 10,2% y la artrosis de mano del 6,2%. Alrededor de la mitad de la población adulta de más de 50 años muestra signos radiológicos de artrosis de rodilla aunque es más frecuente en mujeres sobre todo a partir de 55 años. Si eres cuidador, la propia SER nos ofrece una serie de consejos para mejorar la calidad de vida de aquellas personas que padecen artrosis:
Mantener un peso corporal correcto
La obesidad es uno de los principales desencadenantes de la artrosis, por lo que tendremos que tener nuestro peso y dieta controlados.
Calor y frío
El calor suele ser más recomendable para aquellas personas que padecen artrosis, aunque se podrá aplicar frío local en caso de un brote de dolor.
Hábitos posturales
Hay que dormir en camas planas y evitar posturas incorrectas al sentarse, con los pies siempre tocando el suelo y la espalda recta.
Ejercicio
Sufrir artrosis no implica dejar de hacer ejercicio. De hecho, es muy necesario para fortalecer la musculatura. Es bueno caminar, ir en bicicleta y la natación, aunque será menos adecuado practicar deportes en los que haya contacto.
Reposo
Durante las fases con mayor dolor, el reposo relativo es altamente beneficioso. Incluso durante las actividades de la vida diaria es bueno disponer de momentos de reposo.
Evitar sobrecargar las articulaciones
No hay que coger pesos excesivos, y hay que procurar no caminar por terrenos irregulares y no estar de pie excesivamente sin descansar.
Calzado adecuado
Para combatir la artrosis lumbar, de caderas o de rodillas, se debe usar un calzado de suela gruesa que absorba la fuerza del impacto del pie contra el suelo al caminar. Además, es mejor una suela plana que el tacón.
Balnearios
El agua termal es una gran aliada para el tratamiento de la artrosis. Se mejora el dolor y se relaja la musculatura contracturada.
Actitud positiva
Al afrontar esta y cualquier otra enfermedad, mantener una actitud positiva será vital para nuestro día a día. No se trata, normalmente, de una enfermedad que limite en gran medida nuestra vida diaria.
Medicación
Es importante no automedicarse y atender a nuestro médico de referencia para saber qué medicamentos usar en cada momento.