Los mayores no generan riqueza. Son una carga. Pierden capacidad de aprendizaje y a menudo están tristes. Tópicos que nos disponemos a rebatir.
En nuestra sociedad es frecuente la asociación entre vejez y actividad económica no productiva. Se exaltan valores como la juventud y la belleza, que se consideran positivos, mientras que existe cierta actitud negativa hacia la ancianidad.
Todo esto trae consigo que arraiguen estereotipos, mitos e ideas erróneas que vamos a desmontar.
1. Son una importante carga económica. FALSO. No solo porque han trabajado toda su vida generando riqueza para la sociedad y para su familia, sino también porque aun jubilándose se encargan de tareas que no están bien cubiertas: cuidado de nietos menores, labores domésticas, gestiones administrativas, actividades de voluntariado y otras que, si fuesen económicamente valoradas arrojarían un saldo positivo hacia los mayores.
Además, muchas personas (escritores, científicos, docentes, artistas, etc.) mejoran con la edad la calidad de su producción. La carga económica se genera en la medida que va aumentando la dependencia personal.
Pero esta circunstancia empieza a ser valorada, al menos por los gobiernos europeos, como una de las bases más importantes del Estado del Bienestar. Su adecuada atención requiere del más amplio compromiso social.
2. Todos sus conocimientos han quedado desfasados, no aportan gran cosa a la formación de las nuevas generaciones y son incapaces de aprender y adaptarse a nuevas situaciones. FALSO. Si bien es cierto que el avance de la ciencia y de la tecnología hace que el mundo cada vez sea más complejo y cambiante, las personas mayores son depositarias del principal de los saberes prácticos.
El conocimiento de los mayores se obtiene de la experiencia vital. Un conocimiento que históricamente se ha considerado muy valioso y cuyos depositarios han sido tradicionalmente respetados como sabios.
Además, la realidad diaria nos hace ver cómo muchas personas mayores mantienen el interés por hacer nuevos descubrimientos e incorporar nuevas habilidades.
3. La vejez es siempre una etapa triste y desgraciada. FALSO. Aunque en la vejez se producen cambios que hacen que la persona padezca enfermedades o precise la ayuda de otros, también puede convertirse en una etapa fructífera, alegre y dichosa.
De hecho, cada persona envejece en función de cómo haya vivido. Si ha sido creativo, activo, autónomo y equilibrado durante su juventud y madurez, el anciano buscará mantener esas mismas características durante toda su vida.