Los niños y adolescentes pueden verse sometidos a presiones por parte de la escuela, los amigos y los padres, pudiendo llegar a generar un entorno de estrés emocional.
-Clase recomendada: Los hábitos saludables
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Todo esto puede desembocar en malos hábitos de alimentación y estilos de vida perjudiciales que si no se tratan pueden continuar en la edad adulta y repercutir negativamente en la salud.
Los padres tienen el poder de desarrollar e implantar un estilo de vida sano para sus hijos. El primer paso para comenzar es la alimentación. Hay que procurar que coman de todo y que realicen todas las comidas. Aunque a veces a medida que se van haciendo mayores que se levanten a la hora establecida para ir a clase y desayunen parece incompatible.
Es aconsejable llenar la nevera de frutas y verduras frescas, en vez de bollería y productos azucarados que aportan poco valor nutricional y si se abusa de ellos llaman a la mala alimentación.
Comer es casi tan importante como la clase de alimentos que se consuman en familia. Diferentes estudios han demostrado que los niños que comen en familia sin televisores de por medio, ni cualquier otro tipo de distracción, llevan dietas más saludables. Además, beneficia la relación de los hijos con los padres, ya que los niños tienden a comunicarse más.
Hacer deporte en familia es el complemento perfecto, al igual que dormir las horas necesarias. Es decir, hay que instaurar una serie de hábitos saludables en el estilo de vida de nuestros hijos.
Los padres son el ejemplo que los niños ven a diario y en nuestra mano está que puedan disfrutar de la salud que se merecen.
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