Valeriano García, Director Gerente de FEDACE (Federación Española de Daño Cerebral Adquirido) nos cuenta su opinión sobre el sector de la Dependencia.
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¿Cómo de efectiva considera que ha sido la Ley de Dependencia?
En primer lugar destacar que la Ley constituye un hito en el ámbito de lo social. Establece un derecho subjetivo a recibir los servicios y prestaciones previstos en la misma, derecho protegido jurisdiccionalmente. Por ello, fue recibida con expectación y con satisfacción por las personas con discapacidad y dependencia.
Desde la promulgación de la Ley la situación ha cambiado de manera radical. Hoy reciben prestaciones por dependencia menos personas que en diciembre de 2011.
Según información de la Asociación de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales hay 184.060 personas en esta lista de espera. Y cada mes se reduce en 3.413 el número de personas beneficiarias.
Con datos como estos, no podemos sino afirmar, que la implantación de la Ley de Promoción de Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, está fracasando en su implantación.
La Ley de Dependencia está fracasando en su implantación
Si a esto añadimos que apenas se ha tenido en cuenta un aspecto clave de la Ley, como es la promoción de autonomía personal, se entenderá el sentimiento de frustración entre las personas con discapacidad esperanzadas con la promulgación de esta la Ley.
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¿Piensa que las empresas privadas deberían cubrir los servicios a donde no llega la Ley?
Creo que garantizar el ejercicio de los derechos sociales de las personas le corresponde al Estado.
La gestión de los servicios, recursos y programas orientados a este fin podrá ser pública o privada. Pero la administración competente debe garantizar que nadie quede excluido por motivos económicos, por el territorio de residencia o cualquier otra causa.
Del mismo modo es la administración la que debe garantizar el cumplimiento de los parámetros de calidad de estos servicios especializados.
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¿Cómo cree que pueden ayudar las empresas a los empleados que estén en situación de Dependencia o que tengan un familiar a cargo?
Para los familiares de personas con Discapacidad y/o Dependencia a su cargo es importante que la empresa escuche, entienda y contribuya a la conciliación de vida familiar y laboral.
En el caso de las personas con Discapacidad, además de atender sus necesidades de conciliación, lo importante es que las empresas las incorporen, cumplan con la cuota base de contratación y se enriquezcan con sus aportaciones.
Para el caso específico de personas con daño cerebral adquirido (DCA), puede ocurrir que después de la lesión, y por las secuelas subsiguientes, la persona no pueda desempeñar la misma tarea.
Pero con la comprensión y adaptaciones necesarias podrá desempeñarse en otros puestos y es importante que lo hagan como parte de su nuevo proyecto vital.
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¿Qué problemas puede generar una población envejecida como la de España?
La inversión de la pirámide poblacional puede generar tensiones para la sostenibilidad del sistema público de pensiones.
En cualquier caso no creo que se deba entender el envejecimiento como problema. Hay que buscar fórmulas que incentiven la participación social y el empoderamiento de las personas mayores y que permitan aprovechar el capital de su experiencia.
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El cuidador ¿nace o se hace?
La vocación de “cuidar” es un valor fundamental que tiene que ver con cualidades y actitudes. Pero es importante completar esta cualidad con formación especializada. No requiere los mismos cuidados una persona mayor inmovilizada, que una persona joven con daño cerebral o con autismo.
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¿Qué opina de la formación online?
Creo que es una buena manera de hacer extensiva la formación a más personas de colectivos, con otras ocupaciones que no permiten la formación presencial y de entornos como, por ejemplo, zonas rurales; que de otra manera no podrían acceder a ella.
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Si necesitase contratar a un cuidador profesional para que le ayudase en el cuidado, ¿qué requisitos debería cumplir?
Vocación de servicio hacia las personas y conocimiento del perfil de la discapacidad de la persona a la que tiene que cuidar.