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Cuando me preguntan cómo puedo atender y cuidar a mi hijo, otros ni siquiera se imaginan cómo lo hago porque no les interesa y eso es lo que vengo yo a contar.

Oscar nació muy prematuro con tan solo 26 semanas de gestación, hospitales, intervenciones y muchos cuidados. Teníamos tantas ganas de verle su carita que se nos adelantó demasiado. Ahora tiene 26 años, todo un hombre guapísimo y simpático, va en silla de ruedas manejada por nosotros, Oscar no apoya los pies en el suelo y todas las transferencias son aéreas con grúa y otros medios ortopédicos. También sufrió glaucoma del prematuro y perdió la visión total de uno de sus ojos y le quedó un resto en el otro con el que se defiende como puede. Tiene un magnífico olfato, solo tengo que poner la comida y es el primero en adivinar que comida tenemos para comer. ¡Increíble! _ ¡Mamá hoy comemos arroz con pollo!

Oscar tiene parálisis cerebral y necesita cuidados las 24h, le encanta salir, entrar, ir a conciertos, quedar con chicas, salir a hacer deporte con su padre y un sin fin de actividades. Me sorprende a diario, a veces es el único que dice en la mesa que la comida está buena, o lo bien que te sienta ese chaleco rojo, le encanta demostrar lo bien que se sabe los días del calendario en público, recuerda la fecha de los cumpleaños de sus compañeros de primaria o el equipo ganador de la temporada 2004 del programa Gran Prix. ¡Oscar me sorprende cada día!

Detrás de la galería encontraras a una señora de 53 años, de 1,50m de estatura, con huesos desgastados, bolsas en los ojos y ojeras de dormir poco y con bastante experiencia en accesibilidad, economía social, turismos accesibles, psicología, enfermería, relaciones sociales entre otras formaciones de la vida que he ido adquiriendo desde el 24/05/1998. Cuando Oscar nació decidí aceptar cuanto antes todo lo que me estaba pasando y ponerme manos a la obra en conseguir que fuese FELIZ, y creo que lo estamos consiguiendo (su padre, su hermana y yo, los cuales formamos un buen equipo). Con el tiempo empieza a crecer ves que no puedes cogerlo entre tus brazos. Este momento fue para mí muy duro, tenía 10 años, pero para mí era mi bebe y ya no podría cogerle más, hoy me alegro de tener la grúa, ¡no cabe la menor duda! La adolescencia también fue muy difícil, conocer las necesidades propias de su edad para poder guiarle en el proceso, un proceso que cualquier adolescente en circunstancias normales vive a su manera y en la intimidad. Es muy fácil caer en un pozo viviendo las etapas de la vida de un hijo dependiente tan de cerca, en las que tú juegas un papel muy importante. No puedes caer, debes mantenerte firme ante esa montaña rusa de risas y llantos, crecimiento y desvanecimiento. Pero sin duda cuando estas a punto de caer tras un traspiés ahí está él – Mamá ¿qué te ha pasado? ¿Estás bien?

 

Ha sido un camino bastante duro pero muy gratificante, con Oscar es un no parar, no llegamos a casa cuando ya está preguntando a dónde vamos el día siguiente o qué carrera tiene próximamente con su padre (ellos hacen importantes maratones por toda Andalucía), le encanta y disfruta mucho con esos aplausos y su speaker preferido diciéndole ese – “rakatakataaa” al llegar a meta. Pero lo que hay detrás de la galería, cuando estás sola con tu hijo de 26 años y tienes que bañarlo después de un largo día de trabajo, o sale del colegio al cumplir la edad obligatoria y la única solución es llevarlo a la oficina donde trabajas, porque trabajo en el régimen autónomo ya que fue la única posibilidad que tuve para acceder al mercado laboral. Me hice autónoma y puse en marcha una empresa de turismo en la zona rural donde resido. A él le encanta venirse a la oficina y me dice: - ¡Mamá hoy me voy a trabajar contigo!

Muchas veces he renunciado a cosas importantes por él y aunque no me arrepiento es verdad que he dejado detrás formación, empleo, relaciones sociales, oportunidades que solo se dan una vez en la vida, pero cuando pienso en la persona tan maravillosa que es hoy día, gracias a esos cuidados, al amor que recibe y la vida social que podemos ofrecerle no cambiaría ninguna decisión tomada durante estos 26 años.