Pautas y requisitos del respiro familiar
Todos sabemos que el cuidado de una persona mayor, discapacitada o dependiente no es fácil. Se trata de una situación para la que nunca estamos suficientemente preparados, ni física ni mentalmente. Cuesta continuar con nuestra vida si nos implicamos de manera excesiva en el día a día de la persona que tenemos a nuestro cargo y los programas de respiro familiar son una alternativa muy valiosa para ofrecer descanso al cuidador.
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No hay nada más grato que cuidar de otra persona y más si es familia nuestra, pero convertirse en cuidador puede llegar a cambiarlo todo. Desde cancelar un plan con amigos porque tenemos que quedarnos en casa hasta generar discusiones con nuestra pareja. Incluso la salud del cuidador se ve afectada en algunos casos. Pero no nos asustemos, por suerte la vida no son sólo extremos y los programas de respiro familiar vienen a paliar la necesidad de los cuidadores de disfrutar de momentos de relax y descanso en su ajetreada y dedicada vida.
¿Dónde se solicita el respiro familiar?
Los programas de respiro para familias se puede ofrecer a través de los Servicios Sociales de las Comunidades Autónomas, aunque es más común que sea desde el Ayuntamiento de nuestro pueblo o ciudad donde encontremos este tipo de servicios. Su finalidad es la de dar un apoyo concreto a cuidadores y sus familias:
- Estancias puntuales, por enfermedad o necesidad del cuidador
- Estancias de fin de semana, por descanso del cuidador (hasta tres días)
- Estancias de carácter temporal, también por descanso del cuidador (desde los tres días hasta las dos semanas, aunque en algunas localidades pueda ampliarse el plazo)
¿Quiénes ofrecen este servicio?
Las Administraciones Públicas poseen plazas públicas y también concertadas destinadas a estancias temporales. Gran parte del sector privado también tiene plazas para estancias temporales, con requisitos propios. También hay organizaciones del Tercer Sector muy involucradas en este tipo de programas, ya que existen muchos voluntarios dispuestos a compartir su tiempo con personas mayores, discapacitadas o dependientes que, aunque ya no puedan valerse por sí mismas, aún tienen muchas, muchísimas cosas por compartir.
¿Cuáles son los requisitos para acceder al respiro familiar?
Son muchas las dudas acerca de los programas de respiro familiar y una de ellas tiene que ver con los requisitos a cumplir por parte de sus solicitantes. Desde SUPER Cuidadores te ofrecemos un listado general con aquellos que se suelen pedir en estos casos:
-Para menores de 65 años, habrá que atender a la posesión de un Certificado de Discapacidad con una valoración del 33% o más y/o tener reconocida la situación de Dependencia pero siempre debemos priorizar el hecho de que cada Administración Pública establece una serie de requisitos distintos. Para mayores de 65 años, dichos requisitos son más livianos y se centran más en la capacidad económica del solicitante
-Certificado de empadronamiento de la unidad familiar, que se puede solicitar en la Junta Municipal o directamente en el Ayuntamiento que corresponda, para justificar que viven bajo el mismo techo
-Justificantes de ingresos de la unidad familiar
-No tener una enfermedad que no pueda ser tratada fuera de un centro hospitalario, que sea infecto-contagiosa o padecer trastornos mentales o de conducta que impidan su estancia con otros residentes
Avances en el respiro familiar
Los programas de respiro familiar tienen aún mucho camino por recorrer en nuestro país, ya que se empezaron a realizar a finales de los años noventa y aún no cuentan con una serie de requisitos comunes. Es difícil hacer un resumen de todos ellos ya que cada Comunidad Autónoma y cada Ayuntamiento establecen una serie de normas no coincidentes entre sí. Pero, por suerte, los avances en este tipo de servicios son cada vez más evidentes puesto que incluso pequeños consistorios poseen a día de hoy programas de respiro familiar. Las Administraciones Públicas, el Tercer Sector y las empresas privadas son cada vez más conscientes de que no sólo se trata de cuidar al mayor, dependiente y/o discapacitado sino de cuidar también al cuidador.