De la cama a la silla

Trasladar a una persona de la cama a la silla es posible. Te enseñamos los trucos para hacerlo fácilmente sin hacerte daño ni en la espalda ni en las cervicales.

• Clase recomendada:Movilización de personas dependientes

Cuando una persona se encuentra en cama puede necesitar ayuda para trasladarse a una silla normal o a una de ruedas. Ambas transferencias son muy parecidas y comparten los movimientos para incorporarse.

Para empezar, siempre informaremos a la persona sobre lo que vamos a hacer, para que preste toda la colaboración que le sea posible. Para incorporarla pasaremos el brazo por detrás de su espalda de tal forma que pueda apoyar la cabeza en nuestro antebrazo y tiraremos suavemente hacia arriba acompañando el movimiento con el brazo.

Una vez que la persona esté sentada en la cama, cuando se vaya a movilizar a la silla de ruedas, habrá que cerciorarse de que los frenos de la misma están puestos para evitar que se deslice cuando la sentemos. También se quitarán los reposapiés de la silla para que no estorben cuando acomodemos a la persona.

Es aconsejable poner una sábana en la silla, tanto en la normal como en la de ruedas, por si la persona se marea o surge cualquier otro imprevisto y hay que trasladarla rápidamente a la cama. De esta forma, tirando de la sábana entre dos personas, ésta actúa como camilla al tensarla y se puede tumbar a la persona sin perder tiempo.

Como medida de precaución y para evitar que el dependiente se resbale al levantarse colocaremos un pie, a modo de tope, delante de los suyos. A continuación, se pondrán las manos por debajo de sus axilas, flexionando las piernas, para hacer el esfuerzo de levantar a la persona con las mismas y no con la espalda, y se le levantará girándole suavemente hasta depositarle en la silla.

En el caso de la silla de ruedas se colocarán los pies en el reposapiés afianzándolos en la base.

Es probable que una vez que la persona esté sentada, no tenga la espalda completamente apoyada en el respaldo, y que por tanto se forme un hueco entre el final de la columna y la silla.

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Si el dependiente es de complexión delgada le pediremos que coloque los brazos en el apoyabrazos y nos situaremos detrás de la silla. Introduciremos las manos bajo los brazos y, agarrando las muñecas, apretaremos las extremidades hacia el pecho y con un movimiento suave pero firme tiraremos hacia arriba hasta lograr la postura correcta.

Si por el contrario la persona es más corpulenta, no será cuestión de fuerza sino de maña colocarle en la postura correcta. Para ello, nos será muy útil la sábana colocada en la silla, porque de esta forma, introduciremos las manos hasta alcanzar los laterales de la cadera y agarrando la sábana tiraremos hacia arriba.

La fuerza siempre se ha de ejercer en los brazos, nunca tirando con la espalda, para evitar lesionarnos. En resumen, para mover a alguien de la cama, hay que:

1. Informar a la persona.
2. Incorporarla usando el brazo para ayudarla y para que apoye la cabeza en el antebrazo.
3. Poner los frenos a la silla y una sábana por encima.
4. Colocar un pie delante de los de la persona dependiente.
5. Agararrarla por las axilas y colocarla en la silla con un movimiento rotatorio.
6. Mejorar la postura de la persona pegando su espalda al respaldo.

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