Respetar a nuestros mayores para dignificar la sociedad

Según Naciones Unidas entre el 4% y el 6% de las personas mayores, 114 millones de personas, en todo el mundo, han sufrido alguna forma de maltrato o situaciones de abuso.  ¿Qué podemos hacer para evitarlo?

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “el maltrato de los ancianos pasa casi inadvertido. Hasta hace poco, este grave problema social se ocultaba a la vista del público y se consideraba como un asunto esencialmente privado". 

De hecho, cada 15 de junio se celebra el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. El maltrato a las personas mayores puede dar lugar a graves secuelas físicas y psicológicas y, por desgracia, se prevé que las cifras aumenten por el envejecimiento de la población.

Concepto de maltrato a mayores

Define la Red Internacional para la Prevención del Abuso y Maltrato a Mayores (INPEA, por sus siglas en inglés) el maltrato como “la acción única o repetida, o la falta de la respuesta apropiada, que ocurre dentro de cualquier relación donde exista una expectativa de confianza y la cual produzca daño o angustia a una persona anciana". Se estima que la población mayor de 60 años superará los 1200 millones de habitantes en el año 2025, este dato estima que el número de personas víctimas de malos tratos se duplique.

¿Por qué el maltrato a las personas mayores?

La interrelación de diversos indicadores que evolucionan a lo largo de las trayectorias vitales así como causas que puedan darse de forma sobrevenida, pueden favorecer que las personas mayores sean víctimas de estas situaciones. La prevalencia de factores de riesgo que se detectan en las personas mayores ante estos diagnósticos desde los sistemas públicos de protección competentes en la intervención social se asocian a:

- Situaciones de vulnerabilidad en la persona mayor: Teniendo presente que, para que exista vulnerabilidad, tiene que haber un acto que la genere, un sujeto sobre el que incida la misma y una escasa capacidad de compensación. La vulnerabilidad por tanto se asocia a factores externos e internos que convergen en el individuo.

- La relación de confianza: Viene gestada desde el tiempo, desde los vínculos que se establecen, sean afectos de redes primarias o no, desde la finalidad de los mismos, al que cabe unir, la posible relación de dependencia física y/o emocional y/o el sentido de pertenencia al que la persona mayor, víctima, subyace.

- La cotidianidad del escenario: En su espacio, la persona mayor establece una conexión directa con su bienestar en la acomodación entre las pautas de acción que se dan en el espacio privado, la categorización que de la realidad hace y la consolidación de una identidad estable y coherente, acorde a la trayectoria de vida. Esto puede generar resistencia a la modificación de las situaciones, desde cada uno de los agentes implicados.

- La ausencia o inadecuada red de compensación hace que el carácter subsidiario de la administración intervenga con el fin de compensar los diagnósticos sociales de las tipologías de riesgo social o maltrato. En un primer nivel, los servicios sociales comunitarios deberían actuar como detección primaria y espacio de acción.

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Cómo actuar frente al maltrato a nuestros mayores

La actuación ante el maltrato debe contemplar la interpretación diagnostica de las distintas variables desde el análisis multidimensional, donde el protagonista, la persona mayor, sea capaz de decidir desde su historia de vida, y sus preferencias, ante las diversas acciones de protección. Sin dejar de obviar los diferentes niveles de prevención y competencias de las instituciones.