Agitación nocturna en personas mayores: qué es, por qué ocurre y cómo tratarla
La agitación nocturna es un trastorno del sueño que se caracteriza por episodios de inquietud, ansiedad, confusión o agresividad durante la noche.
Afecta especialmente a las personas mayores, sobre todo a los que padecen trastorno neurocognitivo mayor (mal llamado demencia senil) o Alzheimer. En este artículo te explicamos qué es la agitación nocturna, por qué se produce, cómo se puede prevenir y cómo manejarla tanto para el paciente como para el cuidador.
¿Qué pasa cuando una persona mayor se agita mucho por la noche?
La agitación nocturna se puede manifestar de la siguiente manera:
- Despertarse frecuentemente o tener dificultad para conciliar el sueño.
- Levantarse de la cama y deambular por la casa.
- Gritar, llorar, reír o hablar sin sentido.
- Mostrar temor, angustia, irritabilidad o violencia.
- Alterar el ritmo circadiano, es decir, el ciclo natural de sueño y vigilia.
La agitación nocturna es un trastorno del sueño que afecta especialmente a las personas mayores, sobre todo a las que padecen de algún trastorno neurocognitivo mayor o Alzheimer.
Estos comportamientos pueden afectar negativamente la calidad de vida de la persona mayor y de su cuidador, ya que pueden provocar:
- Falta de descanso y somnolencia diurna.
- Deterioro cognitivo y físico.
- Estrés, ansiedad y depresión.
- Aumento del riesgo de caídas, accidentes o lesiones.
¿Por qué se produce la agitación nocturna en personas mayores?
Las causas de la agitación nocturna en personas mayores son variadas y complejas. Estas se deben a diferentes situaciones o causas que sufre el paciente. Por ejemplo:
- Enfermedades neurológicas, como la demencia o el Alzheimer, que afectan a la memoria, el juicio y la orientación.
- Cambios hormonales, como la disminución de melatonina, que regula el sueño.
- Medicamentos, como los antidepresivos, los antipsicóticos o los sedantes, que pueden alterar el sueño o causar efectos secundarios.
- Factores ambientales, como el ruido, la luz, la temperatura o la falta de confort en el dormitorio.
- Factores psicológicos, como el estrés, la ansiedad, la depresión o el aislamiento social.
- Factores conductuales, como el consumo de alcohol, cafeína o tabaco, que pueden estimular el sistema nervioso.
¿Se puede prevenir la agitación nocturna en personas mayores?
Lamentablemente, no existe una cura definitiva para la agitación nocturna en personas mayores, sin embargo, existen algunas medidas que pueden ayudar a prevenirla o reducirla:
- Mantener una rutina diaria y nocturna que favorezca el sueño. Por ejemplo, levantarse y acostarse a la misma hora, evitar las siestas largas o tardías, realizar actividades relajantes antes de dormir, etc.
- Fomentar la actividad física y mental durante el día.
- Evitar los estimulantes y los depresores del sistema nervioso (consumo de alcohol, cafeína o tabaco).
- Crear un ambiente propicio para el sueño, asegurando una buena ventilación e iluminación del dormitorio, usar ropa cómoda y adecuada a la temperatura, eliminar los ruidos molestos o usar tapones para los oídos si es necesario, etc.
- Utilizar técnicas de relajación o terapias alternativas. Por ejemplo, practicar ejercicios de respiración profunda, meditación o yoga; escuchar música suave o sonidos de la naturaleza; aromaterapia con aceites esenciales; masajes con aceites relajantes; etc.
Síntomas de la agitación nocturna
Los síntomas de la agitación nocturna pueden variar según el grado y la frecuencia de los episodios. Algunos de los más comunes son:
- Insomnio o dificultad para dormir o mantener el sueño.
- Somnolencia o cansancio durante el día.
- Cambios de humor o de personalidad.
- Alteraciones de la memoria o de la orientación.
- Agitación, ansiedad, confusión o delirio.
- Alucinaciones visuales o auditivas.
- Irritabilidad, agresividad o violencia.
Cómo manejar la agitación nocturna
La agitación nocturna puede ser un desafío tanto para la persona mayor como para su cuidador. Por eso, es importante saber cómo manejarla adecuadamente. Algunas recomendaciones son:
- Mantener la calma y la paciencia. No discutir, gritar o forcejear con el adulto mayor. Intentar comprender lo que siente y lo que necesita.
- Comunicarse de forma clara y sencilla. Usar un tono de voz suave y tranquilizador. Repetir las instrucciones si es necesario. Evitar las preguntas complejas o las críticas.
- Ofrecer seguridad y afecto. Acompañar al adulto mayor y abrazarlo si lo acepta. Recordarle quién es usted y dónde está. Mostrarle objetos familiares o fotos que le reconforten.
- Distraer su atención. Cambiar de tema o de actividad. Proponerle algo que le guste o le divierta. Usar el humor si es apropiado.
- Respetar su espacio y su intimidad. No invadir su zona personal ni tocarlo sin su consentimiento. No forzarlo a hacer algo que no quiere. Dejarlo solo si lo prefiere, pero vigilándolo de cerca.
La agitación nocturna se debe manejar con calma, paciencia, comprensión, comunicación, seguridad, afecto y distracción. Se debe respetar el espacio y la intimidad de la persona mayor y buscar ayuda profesional si es necesario.
¿Qué debe hacer un cuidador?
Ser cuidador de personas mayores con agitación nocturna puede ser una tarea difícil y estresante. Por eso, es importante que el cuidador también se cuide a sí mismo y a su salud. Algunas sugerencias son:
- Informarse sobre la agitación nocturna y sus causas, síntomas y tratamientos. Así podrá comprender mejor lo que le pasa al adulto mayor y cómo ayudarlo.
- Buscar apoyo familiar, social o profesional. No aislarse ni sentirse culpable. Compartir sus experiencias y emociones con otras personas que estén en su misma situación o que puedan ofrecerle consejo o ayuda.
- Cuidar su alimentación y su descanso. Seguir una dieta equilibrada y variada, rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescado, frutos secos, etc. Evitar el consumo excesivo de grasas, azúcares, sal, alcohol o tabaco. Dormir al menos 7 horas al día y hacer siestas cortas si es necesario.
- Dedicarse tiempo a sí mismo y a sus aficiones. Disfrutar de momentos de ocio y diversión. Hacer cosas que le relajen y le hagan sentir bien, como escuchar música, ver una película, meditar, etc.
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