Paciencia y Respeto en la Atención Sociosanitaria
En estas líneas, reflexionaremos sobre la paciencia y el respeto, dos atributos considerados como virtudes que solo aquellos más sabios saben poner en práctica. Con estas herramientas podrás afrontar cualquier obstáculo o dificultad que la vida te ponga por delante.
Cuando hablamos de cuidados de calidad en la atención sociosanitaria, es necesario ampliar la esencia del término, para no delimitarlo a la parte técnica.
La acción de cuidar va más allá de lo manual, implica en los profesionales de la atención sociosanitaria, unas habilidades que forman parte de su estructura psicosocial, las cuales se reflejarán de manera positiva en su actuar frente al cuidado de personas en situación de dependencia.
Hoy en día, sabemos que cada destinatario exige una manera concreta de cuidado y cada técnico sociosanitario tiene su estilo propio al cuidar. Y entonces, para desarrollar con excelencia esta labor tan relevante en nuestra sociedad, ¿cuáles son las habilidades más valoradas y necesarias en los profesionales a la hora de satisfacer las distintas necesidades de cuidado de la población?
La paciencia y el respeto, dos habilidades muy necesarias y valoradas en los profesionales de la Atención Sociosanitaria
¿Qué es la paciencia?
Según el filósofo Aristóteles, la paciencia es aquella que permite al individuo sobreponerse a las emociones fuertes generadas por las desgracias o aflicciones. También, se define la paciencia como la capacidad de un sujeto para tolerar una determinada situación sin experimentar nerviosismo y sin perder la calma.
Sí aplicamos estas definiciones a la atención sociosanitaria, vemos que esta virtud no solamente es necesaria para el cuidador, sino especialmente en las personas mayores y/o en situación de dependencia para entenderse y aceptarse mutuamente.
¿Cómo un cuidador puede ser paciente?
Un cuidador paciente:
- Puede captar el ritmo del usuario y actuar conforme a sus necesidades y posibilidades. Una persona paciente no actúa velozmente, ni hace correr a su destinatario. Se pone a su nivel.
- Realiza una planificación flexible y sabe adaptarse a los hechos inesperados que se producen a lo largo de la actividad.
La paciencia consiste en dar tiempo al otro, en compasarlo, en dejarle actuar a su ritmo.
- Es valorado por sus usuarios, al dedicar tiempo, acompañar sin prisa, sin angustiar, que no les impacienta con su presencia.
¿Qué entendemos por respeto?
Es importante conocer el significado de respeto. La palabra respeto proviene del latín respectus y significa “atención” o “consideración”. De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española (RAE), el respeto se asocia con el acatamiento que se hace a alguien; incluye atención y cortesía.
De acuerdo con lo anterior, entendemos que el respeto debe ser bidireccional. El profesional, al igual que el usuario, demandan ser respetados.
¿Cómo los técnicos sociosanitarios pueden ejercer el respeto de manera valiosa?
- Mantener la distancia adecuada, sin invadir su privacidad. El respeto, es la justa distancia que debe haber entre personas.
- Prestar atención a todo lo que dice y hace, sin juicios. El respeto, exige no causar daño y tratarlo con la dignidad y la humanidad que se merece.
- Respetar su opinión y costumbres.
- Ofrecer ayuda, alternativas, permitiendo que decida por sí mismo.
Las dos habilidades identificadas, paciencia y respeto no aparecen de forma aislada, sino combinadas entre sí, lo que refuerza la idea de que los técnicos sociosanitarios deben cultivarlas en su labor asistencial como actores implicados y así destacar en el arte de cuidar.
Formación recomendada
En SUPERCUIDADORES contamos con una serie de cursos online destinados precisamente a cuidadores y profesionales sociosanitarios con los que podrás cultivar estas dos habilidades a través de nuestros itinerarios formativos de SUPERCUIDADORES
También, si te interesa seguir leyendo sobre cómo ofrecer unos cuidados de calidad, te recomendamos los siguientes artículos extraídos del Decálogo de SUPERCUIDADORES para cuidar a personas mayores o dependientes.
Formación e información, las claves para unos cuidados de calidad.
Analiza las necesidades de la persona a cuidar y personaliza su atención.
Comunicarse y empatizar con la persona a cuidar.
Respeto a la persona cuidada y a su espacio vital.
Además, si te gusta o te gustaría trabajar cuidando de personas mayores o dependientes, en SUPERCUIDADORES impartimos Certificados de Profesionalidad que te acreditarán oficialmente para ello.