¿Cuántas veces has tomado un medicamento siguiendo un consejo o porque “considerabas” que podía aliviarte? En ocasiones el remedio puede ser peor que la enfermedad.
- "No sé lo que me pasa, desde hace unos días estoy hecha polvo. Tengo dolor de cabeza y me duele todo el cuerpo".
- "Yo creo que eso va a ser gripe. No te preocupes, tengo unas pastillas que me recetó el médico que me han ido muy bien. Ya verás que en cuanto tomes una, te vas a sentir mejor”.
Seguramente en algún momento de tu vida has presenciado o vivido una conversación como la anterior. Y has seguido el consejo que ese familiar o amigo te ha dado con toda su buena intención. Pero esto es un error.
Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, automedicarse es “el consumo de medicamentos de medicamentos, hierbas y remedios caseros por propia iniciativa o por consejo de otra persona, sin consultar al médico”.
Jugar a los médicos acarrea riesgos, porque auto-diagnosticarse o diagnosticar y automedicarse o medicar puede provocar reacciones alérgicas, intoxicaciones, gastritis, infecciones crónicas, enmascarar o alterar otra enfermedad dificultando el diagnóstico y en algunos casos hasta la muerte.
Las personas más vulnerables ante la automedicación son los niños, las embarazadas y las personas Mayores. También deben tener especial cuidado las personas con problemas de presión arterial, con deficiencias cardíacas, los diabéticos o los hemofílicos, ya que los fármacos en estas personas pueden alterar su reacción y complicar más aún los síntomas de su enfermedad.
Un caso especialmente peligroso de automedicación es el de los antibióticos. La ingesta de un antibiótico no adecuado o en una dosis incorrecta puede provocar el desarrollo de una nueva bacteria resistente a dicho medicamento. En estos casos, para erradicar la bacteria se requerirá una dosis mayor, más fuerte o un fármaco diferente.
Los analgésicos simples pueden provocar Nefritis Intersticial. Cerca del 11% de todos los casos de Insuficiencia Renal Terminal aparecen como consecuencia del consumo de analgésicos.
La automedicación, sólo informada y para medicamentos sin receta
Aunque pueda parecer contradictorio, según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la automedicación puede ser positiva si se realiza de forma responsable y con medicamentos que no necesiten prescripción médica. Para lograrlo hay que aprender a automedicarse. Los médicos son quienes deben enseñar, aconsejar y educar.
El consumo de fármacos debe tener una duración limitada. Si los síntomas no cesan o empeoran se debe acudir al médico para que elabore un diagnóstico y prescriba la medicación necesaria.
También es aconsejable leer y conservar el prospecto, mantener los medicamentos en la caja original, controlar la fecha de caducidad y respetar los consejos de conservación del producto.
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