Escucha para cuidar

Generalmente oímos pero no escuchamos. Para desarrollar esta capacidad se requiere energía y disciplina.

La escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo.

Implica estar pendiente de la conversación con la otra persona, sin que suponga ningún esfuerzo, pero con un nivel de concentración suficiente como para percibir y comprender el mensaje, los elementos no verbales y las distintas connotaciones de lo que se quiere transmitir. Significa escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla.

Generalmente oímos pero no escuchamos, porque no hemos desarrollado suficientemente esta capacidad, que requiere energía y disciplina.

Los beneficios de escuchar

En ocasiones, la comunicación con el dependiente se pierde por no saber interpretar sus señales o porque no tenemos paciencia cuando el mayor trata de comunicarnos necesidades, sentimientos o ideas.

Sin embargo, conocer una serie de pautas nos puede reportar grandes beneficios para nuestra relación, la calidad de vida del dependiente y por ende la nuestra.

Saber escuchar nos permite obtener información más profunda, que puede ser de utilidad a la hora de cuidar al dependiente. Se ha constatado que la escucha activa reduce el nerviosismo, la tensión y el estrés del anciano. También aumenta su sensación de seguridad y confianza porque fomenta la autoestima, la sinceridad y el entendimiento.

Pautas que se pueden aplicar

Conocer mecanismos para hacer efectiva la comunicación activa es vital. Así, ante situaciones de cansancio o problemas derivados de la situación de dependencia, sabremos adoptar la actitud correcta para que la comunicación sea bidireccional.

Para ello, se pueden emplear técnicas que fomentan la escucha activa como la paráfrasis, las preguntas abiertas y el lenguaje corporal:

  1. La paráfrasis consiste en resumir el mensaje que nos ha transmitido el anciano, porque de esta forma el dependiente percibe que ha sido escuchado y a la vez le hacemos consciente de sus propias ideas.
  2. A través de las preguntas abiertas se trata de facilitar la expresión de sus sentimientos y temores. La pregunta en sí es lo de menos, lo más importante es dar a la persona la oportunidad de liberar sus emociones y ayudarle a buscar soluciones a sus problemas de conflicto emocional.
  3. El lenguaje corporal se puede manifestar de muchas formas. Una mirada comprensiva, un suave apretón de manos mantenido o una sonrisa pueden ser más importantes para la comunicación que una conversación convencional.