Es preferible que los ancianos no estén muy delgados.

Normalmente asociamos salud y delgadez, pero hay matices importantes si hablamos de ancianos. El geriatra Leocadio Rodríguez Mañas nos explica por qué es preferible no estar muy delgado en la Tercera Edad.

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Leocadio Rodríguez Mañas es Jefe de Servicio de Geriatría en el Hospital Universitario de Getafe. Además enseña Medicina en la Universidad Europea de Madrid y encabeza varios proyectos de investigación. Una autoridad en la materia que revela datos poco conocidos sobre el peso ideal en los ancianos.

El doctor explica que "la relación entre peso y mortalidad en las personas mayores es casi la contraria a la que se produce en las personas jóvenes”.

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Así, "cuando se es mayor es preferible estar algo gordito". Es decir, es preferible "tener índices de masa corporal (IMC) entre 26 y 30, e incluso obesidad de grado 1, que estar delgado. Este año se ha publicado un metaanálisis en el Jama (The Journal of the American Medical Association) que muestra que en la relación entre mortalidad e IMC, el punto de menor relación se produce en torno a índices de masa corporal de 27 o 28. Y eso es sobrepeso”.

Esta cara tiene también su cruz: "la desventaja que hay es que cuanto más obeso eres, aunque vas a vivir más, el grado de artrosis y de deterioro funcional es mayor”.

"Otro ejemplo”, añade Rodríguez Mañas, es que "las mujeres viven más, pero viven peor. Tienen más deterioro funcional, más discapacidad. Los factores que condicionan la longevidad no son los mismos que condicionan un menor deterioro funcional”.

Mejor moverse que hacer dieta

De este modo, "los que tienen obesidad de grado 1 viven más”. Esto sucede porque "en los jóvenes, el aumento de peso se suele corresponder con el aumento de la grasa”.

En cambio, "en la persona mayor, el incremento de peso no se debe solamente al aumento de grasa, sino también al aumento de masa muscular. Y sí que se ha visto que hay una relación entre masa muscular y mayor supervivencia”.

Los ancianos pueden incluso padecer obesidad sarcopénica, que "es en la que coincide el aumento de grasa con la disminución de masa muscular. Estos pacientes están en un alto riesgo de deterioro funcional si se les aplica un tratamiento basado en dietas hipocalóricas. Si no se mueven, con la dieta hipocalórica van a perder más masa muscular que grasa. Y entonces tendríamos gorditos discapacitados”.

"Por eso, las dietas hipocalóricas están contraindicadas para los ancianos. Es preferible que pierdan peso haciendo ejercicio que reduciendo la ingesta".

Estas diferencias se producen porque la composición corporal se va modificando a lo largo de los años. "Al principio de la vida, casi toda la grasa es subcutánea, y luego, conforme vamos envejeciendo, con 40, 50 o 60 años, sobre todo si uno se dedica a engordar, lo que hace es aumentar la grasa visceral. No la subcutánea”. Y el exceso de esta grasa visceral es nocivo para el organismo, por eso conviene controlarla de cerca.

La grasa escondida

Pero los cambios no se detienen ahí. Cuando el individuo se acerca a los 65 o 70 años, se produce una tercera transformación."La grasa visceral no sigue aumentando, e incluso disminuye. Pero se convierte en lo que se llama inter o intramiocitaria. Es decir, es grasa que se va infiltrando entre los haces de fibras musculares. Y esa grasa pegada al músculo se parece mucho más a la grasa visceral que a la subcutánea. Es grasa mala”.

"Se puede dar la paradoja de que haya ancianos que no sean gordos, pero que funcionen metabólicamente como si lo fueran. Porque esa grasilla que les infiltra el músculo funciona como grasa visceral”.

Pero, ¿de qué depende que se produzca más o menos grasa intramiocitaria? Según el doctor, "de la alimentación, del paso del tiempo, y fundamentalmente, del ejercicio que uno haga. Cuando uno hace ejercicio, y lo hace de forma continuada, porque un día no vale para nada, lo que uno hace es generar músculo. Y eso disminuye la cantidad de grasa”.

En cambio, "cuando uno es sedentario y está sentado siempre viendo la tele, no solo no genera masa muscular, sino que está creando esa grasilla que infiltra el músculo”. Por eso es tan importante introducir el ejercicio físico en la rutina de todos los individuos. Cada cual, según sus posibilidades físicas.