Inestabilidad, caídas, incontinencia, fragilidad. Afectan a los mayores más que a ningún otro colectivo. Juan Florencio Macías, experto en Geriatría, nos explica la importancia de detectarlos.
Juan Florencio Macías preside la Sociedad Española de Medicina Geriátrica, enseña en la Universidad de Salamanca y ejerce en su Hospital Universitario. Insiste en que diagnosticar la fragilidad a un anciano y tratarlo en consecuencia es la clave para evitar que acabe siendo dependiente.
Los grandes Síndromes Geriátricos
El doctor Macías los resume así:
1. Inestabilidad
2. Caídas
3. El trastorno cognitivo
4. Incontinencia urinaria
“Fueron descritos hace mucho por los geriatras ingleses. Las enfermedades en Geriatría no se manifiestan clínicamente como en los adultos. Por ejemplo, una infección respiratoria, en un anciano, puede cursar sin fiebre, sin tos, sin los síntomas clásicos que conocemos en los adultos. A veces cursa como una caída o como un trastorno cognitivo”.
“Si no los conocemos, estos simples cuadros geriátricos pueden tratarse como fases agónicas”.
Estos síndromes también se llaman “gigantes”. “Se llaman gigantes porque son muy frecuentes en la Geriatría. Son de baja letalidad, no matan como un infarto en un segundo. Matan, pero en meses o años, y abocan a la Dependencia”.
No hay enfermedades propias de la vejez
“A menudo se dice: “pobrecito el abuelito, ya está mayor”. Es lo que se llama el ageísmo o edaísmo, decir que hay cosas o enfermedades propias de la vejez. Eso es mentira. No hay enfermedades propias de la vejez. Son mitos tremendos. Y eliminarlos es más serio de lo que parece”.
Por eso hay que saber, a su juicio, que “un anciano no es un adulto mayor, ni tampoco es como un niño. No tiene por qué aceptarse ese tema”.
Para combatir estos lugares comunes tan extendidos, recomienda acudir a una Unidad Geriátrica multidisciplinar. Considera que este equipo es el que puede prevenir y/o retrasar la situación de Dependencia con un tratamiento a medida para el anciano.
Síndrome de Dependencia
“La Dependencia”, continúa Macías, “es la incapacidad de una persona para realizar las actividades de la vida diaria por sí misma, o no ser capaz de hacer lo que se quiere y cuando se quiere”.
“Tenemos que decir que uno de los síndromes de la vejez es el de Dependencia, aunque Dependencia no es sinónimo de vejez”.
“Además hay otros tipos de Dependencia: económica, social, funcional. Nosotros en Geriatría siempre tenemos en cuenta no el síndrome clínico, sino la función. Tenemos en cuenta la fragilidad social, la fragilidad medioambiental… Tenemos que contar con la clínica, pero también hay que ver la situación social, medioambiental, biológica, mental…”
“Con todo eso se hace un estudio y una valoración del anciano. Por eso es indispensable un equipo multidisciplinar en Geriatría”.
Síndrome de Fragilidad
Para Macías el anciano sano es “un mayor de 65 años que vive en su casa, independiente y sin dificultades en la marcha, en la deambulación o en las actividades de la vida diaria”.
El hecho de que a los 65 se entre en la Tercera Edad es convencional, explica el doctor. “El anciano es un mayor de 65 años, una definición política de Otto Von Bismark en el siglo XIX. No es una definición biológica. A nosotros los de menos de 75 nos parecen jovencitos”.
En contraposición al sano, “el anciano frágil es una persona que no está enferma, mayor de 65 años, y dependiente para varias funciones, incluyendo actividades de la vida cotidiana. A lo mejor no puede ir al baño solo, asearse…"
La pérdida de habilidades para asearse es un predictor de muerte importante.
“El 15 % de los mayores de 65 y el 45% de los mayores de 80 son frágiles. Si bien este síndrome no es exclusivo de la vejez, porque también se da en la insuficiencia cardiaca, en el cáncer o en la fibrosis quística, por ejemplo”. Pinche en el enlace para acceder a información médica sobre el Síndrome de Fragilidad.
Hay que identificar al anciano frágil
Quienes padecen el Síndrome de Fragilidad constituyen un grupo de alto riesgo de padecer Dependencia. Presentan ciertos signos que nos pueden ayudar a reconocerlos. Las principales manifestaciones de fragilidad son:
1. En lo social, los frágiles son “personas que viven solas, quizá viudos recientes, con pocos medios, a veces sometidos a abusos, que no salen de casa…”
2. En el plano físico desarrollan “poca actividad, tanto en las tareas básicas (vestirse, ir al baño, cocinar, levantarse…) como en las instrumentales (salir de casa, llamar por teléfono, controlar la medicación, ir al banco)”.
3. Y por lo que respecta a lo intelectual, presentan “vulnerabilidad cognitiva”.
Al anciano frágil “lo puede identificar una persona formada, pero eso no es el diagnóstico. Luego tiene que verlo un médico, un geriatra. Hay una sarcopenia, una pérdida de masa muscular, pérdida de peso, desnutrición, merma de tolerancia al ejercicio y a la marcha. En Geriatría hay un test de los siete pasos para evaluarlo”.
“El problema es que si tres de estos indicadores se dan en la misma persona, son predictores de caídas, de discapacidad, de hospitalización y de muerte, sobre todo si están asociados a insuficiencia cardiaca o arteriosclerosis o diabetes”.
“Por eso es tan importante actuar sobre el Síndrome de Fragilidad. Tiene mayor capacidad predictiva para aparición de enfermedades, incluso de muerte, que la edad o la incapacidad consideradas por separado”.
Macías no se cansa de repetir que a un anciano en estas circunstancias de fragilidad, o enfermo, deben atenderle especialistas en Geriatría, preferiblemente en una Unidad Geriátrica completa. (Ver la lista de las Unidades Geriátricas de los Hospitales Públicos españoles).